Esta fue la segunda oportunidad en que los dirigentes del Caribe trataron de unir la región y fracasó, tal como ocurrió en la primera en 1875
Esto fue lo que ocurrió la segunda vez que se intentó conseguir una INTEGRACIÓN COSTEÑA. Algunos historiadores dejaron entrever la posibilidad de que hubiera reparto de "mermelada"
En 1919, un grupo de dirigentes de la Costa Caribe, una fuerte agremiación de departamentos costeños, que reivindicase los derechos que tenía la región. Era la segunda vez que se hacía un intento de tal índole Uno de estos derechos era el de la comercialización de la sal, que había sido nacionalizada por el gobierno desde la Guerra Civil de 1885, el manejo de los ingresos por conceptos de aduana y fortalecer la navegación por el Río Magdalena. Por otro lado, existía la cuestión petrolera; En 1905, el dirigente y empresario Diego Martínez Camargo había celebrado con el gobierno de Rafael Reyes un contrato de concesión para establecer refinerías de petróleo en la Costa por un período de 20 años; esta negociación fue cuestionada después y el periodismo caribeño con Pedro Pastor Consuegra a la cabeza desde el diario La Nación censuró de manera acre esos “ataques contra la Costa, que sólo quiere el desarrollo de la libre empresa”. Por todas estas razones, los dirigentes de Bolívar, Magdalena y Atlántico, unidos por intereses económicos y empresariales, decidieron crear lo que llamaron la Liga Costeña, en 1919. La primera reunión tuvo lugar en Barranquilla y en ella se acordó exigir al gobierno central un apoyo decidido para desarrollar por completo las regiones que integraban el litoral caribe y -lo que aún hoy en 2017 no se ha logrado y tampoco se logrará- mantener navegable el río en toda su extensión y mejorar el Canal del Dique.
Los dirigentes Francisco Burgos Rubio, Prisciliano Cabrales y Diego Martínez Camargo. exigieron además una reforma a la Constitucióin que permitiera una mayor respresentación de la región en el Congreso, todo lo cual se registró en un documento, que fue enviado al gobioerno nacional. Esta Liga Costeña, que aunque sus abanderados señalaron que era “Patriótica, progresista, respetando las autoridades legítimamente constituidas” hizo que se encendieran las alarmas en el interior del país. Abierta aún la herida de la secesión del Istmo de Panamá, se temía que el resto del litoral caribeño tomase una decisión similar, lo que significaría un golpe de muerte para la nación. La prensa bogotana que había sido tan dura en 1875, esta vez fue mucho menos agresiva e incluso, aunque de manera muy tímida, se pedía al gobierno de Marco Fidel Suárez, que se tratara con mayor benevolencia a la Costa, para evitar riesgos separatistas, Esta unión de los departamentos fue considerada como la única fuerza que podía hacerle frente a la voracidad de los poderes centrales. La sólida alianza entre el grupo empresarial que había invertido en diferentes sectores de la economía y el respaldo absoluto de la dirigencia política, hizo que las peticiones que fueron consignadas en el memorial dirigido al gobierno, hicieran pensar que las rivalidades existentes entre las regiones ya se había superado y que esta vez, a diferencia de lo sucedido tras la elección de Rafael Núñez como presidente, no habría forma de romper esta coalición caribeña, era imposible de romper. Pero….Llegarían las elecciones presidenciales de 1922, y todo se acabó. Unos dirigentes apoyaron al candidato oficialista conservador Pedro Nel Ospina mientras los otros respaldaban al aspirante liberal, Benjamín Herrera, La famosa “lealtad de partido” imperó entonces entre los dirigentes del movimiento y aunque no se ha probado, se dice que el gobierno entregó algunas prebendas y privilegios, con el fin de que la unidad de la poderosa Liga, se fracturase por completo.
Al parecer, la “mermelada” siempre ha funcionado
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