Los horrorosos episodios de las guerras, son comunes a pesar de que no por ello, dejan de ser espantosos.
Este suceso de Bogota, un ataque suicida que deja hasta el momento 21 muertos y 67 heridos, es del todo similar a lo que ocurrió hace unos días en la Guerra de Siria, que reseña así la AFP:
Al menos 15 personas, entre ellas un soldado estadounidense, murieron este miércoles en un atentado suicida contra una patrulla de la coalición liderada por Estados Unidos en Manbij, norte de Siria, según el último balance de una ONG.
Aparte del militar estadounidense, han muerto “nueve civiles” y cinco combatientes de una alianza árabo-kurda que acompañaban a la patrulla, afirmó Rami Abdel Rahman, director del Observatorio Sirio de los Derechos.
Son los malditos horrores de la guerra, en las que los civiles, resultan objetivos militares
Miren este ejemplo de lo que viene pasando en Siria, donde los civiles son objetivo militar y no se salvan escuelas y hospitales, según el Diario El Mundo, de España
-Puede que estemos en el mismo escenario de Alepo. Es un asalto en el que se están matando simples civiles. Se está destruyendo todo, incluidos mercados, hospitales y escuelas”, denuncia Abu Bashir desde el barrio de Saqba, uno de los más golpeados estos días en la que varios testigos han definido como la fase más mortífera en siete años de guerra- indica la publicación.
Y esto, no solo sucede en Siria y ahora en Colombia o en los tiempos actuales. En la guerra, cualquier tema es válido con tal de que ayude a conseguir la victoria.
En 1860 se desató una terrible guerra:-al parecer propiciada e impulsada por Inglaterra, entre Paraguay, que tuvo que enfrentarse a los dos colosos del Sur, Brasil y Argentina, aliados con Uruguay.
Por supuesto, los paraguayos fueron destrozados; perdieron las dos terceras partes de su población. El peor acontecimiento de tal guerra, ocurrió en el Hospital Piribebuy de Asuncion: Los coaligados, cerraron el edificio con cadenas y luego lo incendiaron.
En el interior, entre heridos y personal médico y de enfermeras, se encontraban 600 personas. Murieron quemadas, sin posibilidades de auxilio externo o de abandonar el sitio.
Sí, por infernales que parezcan, por repugnantes y malévolos que resulten estos hechos, se dan en todas las guerras. Son designios de Satanás.
No de otra manera se explica que Estados Unidos aniquilara mediante dos bombas atómicas, Little Boy y Fat Man, alrededor de 300.000 civiles en Hiroshima y Nagasaki durante la II Guerra Mundial. Mientras haya confrontaciones bélicas, la humanidad deberá presenciar estas muestras inhumanas, asquerosas y cobardes que son inherentes a ellas.
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