*La historia de Colombia, parecería indicar que los habitantes de este país, nacimos violentos y lo seremos hasta el final
Y la historia de Colombia, parecería indicar que los habitantes de este país, nacimos violentos y lo seremos hasta el final
Las teorías de César Lombrosso, hoy revaluadas y en desuso, dicen que hay individuos que nacen siendo criminales; es decir, con una carga genética que los hace asesinos, sin que haya remedio alguno para la situación.
Y la historia de Colombia, parecería indicar que los habitantes de este país, nacimos violentos y lo seremos hasta el final
Las terribles y desesperanzadoras palabras pronunciadas por el Libertador Simón Bolívar en el final de su vida -a finales de la década de 1820- tuvieron su origen en 1812, cuando apenas comenzaba a disfrutarse de la Independencia.
Los españoles se preparaban para la reconquista; los colombianos mientras tanto, en lugar de prepararse para la nueva invasión, se empecinaron en hacer su propia guerra interna. Este período denominado la Patria Boba, no hace sino demostrar que Bolívar tenía toda la razón cuando dijo que éramos “salvajes y esclavos”
-Tenemos dos millones y medio de habitantes derramados en un dilatado desierto. Una parte es salvaje, otra esclava, los más son enemigos entre sí y todos viciados por la superstición y el despotismo. Hermoso contraste para oponerse a todas las naciones. Esta es nuestra situación, nuestra Colombia– dijo en su momento.
El Precursor de la Independencia, Antonio Nariño, era presidente de Cundinamarca y estaba decidido a que Colombia, de cualquier manera, tuviese un gobierno centralista:
-En una palabra, desde Quito, Cuenca Guayaquil, Panamá, Cartagena, Santa Marta, Maraciabo y hasta el Orinoco, estamos rodeados de enemigos. ¿Y nosotros qué hacemos? Acalorarnos sobre palabras; disputar con argumentos muy bonitos sobre nuestros derechos, solicitar empleos, rentas y soberanías, que las hay en abundancia- escribió en su periódico, La Bagatela
Ahí está bien clara esa conclusión a la que llegó Bolívar: “enemigos entre sí y todos viciados por la superstición y el despotismo”.
Nariño, tenía una posición inflexible, tal como si él fuese el dueño de la nación, pero había otros personajes que pensaban que ellos eran los propietarios.
Antonio Baraya quien estaba al mando de tropas en Sogamoso -tropas que habían sido designadas por Nariño para contener la iniciativa federalista de Tunja- decidió cambiar de bando. Le anunció a sus soldados que se ponía a órdenes del gobierno de Tunja y que renunciaba a todo lo que tenía que ver con Cundinamarca y su presidente.
Esta nueva posición, fue apoyada de manera inmediata por Francisco de Paula Santander y afirmó que lo hacía, para respaldar las “posiciones de las provincias de Casanare y Pamplona, que han manifestado su deseo de unirse a Venezuela si son obligadas a quedar bajo en mando de Santa Fe”.
¿Queda clara aquí la posición del Libertador? Ustedes digan: -Mestizos que ayer eran esclavos y hoy se cree cada uno de ellos el dueño de un país- dijo en una carta que escribió en los días postreros a su amigo Joaquín Mosquera.
¿Hemos cambiado desde entonces? Hasta los más optimistas tienen que reconocer que la polarización del país ha alcanzado límites escalofriantes. Las posiciones rígidas, intolerantes y sin regreso de ambos bandos en 1812, no podía degenerar en otra cosa que en una feroz guerra civil, algo demasiado -y este demasiado se pronuncia con tristeza- demasiado parecido a lo que sucede hoy, pero que muchas veces hemos visto a través de nuestra historia.
Esta polarización política, no se detiene ante un asesinato más o uno menos. El periódico bogotano El Demócrata, del que eran propietarios algunos radicales amigos de Santander, pedía de manera clara y contundente, que el mariscal Antonio José de Sucre, debería ser asesinado:
–Acabamos de saber con asombro por cartas que hemos recibido por el correo del Sur, que el general Antonio José de Sucre ha salido de Bogotá… Las Cartas del Sur aseguran también que ya este general marchaba sobre la provincia de Pasto para atacarla; pero el valeroso general José María Obando, amigo y sostenedor firme del Gobierno y de la libertad, corría igualmente al encuentro de aquel caudillo y en auxilio de los invencibles pastusos. Puede que Obando haga con Sucre lo que no hicimos con Bolívar…-señalaba la publicación 3 días antes del vienen en Berruecos
El antropólogo y médico italiano Césare Lombrosso, planteaba hace más de un centuria, la condición nata del asesino: este personaje, nace sin sentimientos “de altruismo y de probidad, y sin el sentimiento de piedad”, por lo cual comete actos violentos. Claro que antes, Rousseau había dicho que “el hombre nace bueno y el medio ambiente lo corrompe”, tesis compartida por la Iglesia Católica acerca del libre albedrío.
¿Será que correspondemos a ese espécimen de criminal genético descrito por Lombrosso?. Al respecto, la Biblia señala:
– El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón produce el bien; pero el El que es malo, de su maldad produce el mal, porque de lo que abunda en el corazón habla la boca.” (Lucas 6:43-44)-
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