*Belisario Betancur esgrimió razones de tipo social para rechazar la sede, pero la verdad es que las exigencias que hizo FIFA eran desmesuradas y de casi imposible cumplimiento
El 26 de octubre de 1982, en un discurso de 99 palabras, el presidente Belisario Betancur le anunció al mundo que Colombia no haría el Mundial de 1986;
“El Mundial de Fútbol de 1986 no se hará en Colombia, previa consulta democrática sobre cuáles son nuestras necesidades reales: no se cumplió la regla de oro, consistente en que el Mundial debería servir a Colombia y no Colombia a la multinacional del Mundial. Aquí tenemos otras cosas que hacer, y no hay siquiera tiempo para atender las extravagancias de la FIFA y sus socios. García Márquez nos compensa totalmente lo que perdamos de vitrina con el Mundial de Fútbol”,
La historia había comenzado en el año de 1974, el entonces zar del fútbol colombiano, consiguió para el país la sede del Mundial de Fútbol de 1986, qye causó gran alegría entre los colombianos.
El entonces presidente de la República, Misael Pastrana Borrero, se mostró complacido con la decisión de la FIFA y exaltó de manera pública la gestión del dirigente Alfonso Senior Quevedo, quien desde 1970, había estado empeñado en esta consecución.
-En realidad estoy altamente satisfecho. Creo que se cumple una vez más lo que tantas veces he manifestado y es que cuando el país se fija metas y se empeña, las logra. Quiero congratular a Alfonso Senior y a todos los que pusieron su dinámica acción para lograr este propósito. Y desde luego el reconocimiento del país al Comité, que en forma tan unánime lo señaló para un evento que incuestionablemente dentro de los eventos deportivos tiene una especial significación- expresó Pastrana, primer mandatario en ese momento.
La euforia no duró mucho. Para el período presidencial siguiente, ya había muchha cautela en torno al asunto
El presidente de la República entre 1978 y 1982, Julio César Turbay Ayala, mantuvo una cautelosa y muy discreta posición al respecto, diciendo que había que buscar las condiciones apropiadas.
-Hay que esperar -dijo- porque hoy las condiciones no están dadas. Pero es posible que en el futuro todo cambie.
Pero no fue así. Su sucesor en el cargo, Belisario Betancur Cuartas, desde un principio se mostró adversario de realizar el evento.
-No se cumplió la regla de oro según la cual el Mundial debía servir a Colombia y no Colombia a la multinacional del Mundial- dijo al ser consultado sobre el tema.
Algunos sectores políticos se mostraron de acuerdo y aprovecharon la ocasión para asumir una posición populista hasta el extremo.
-El país tiene grandes necesidades de inversión pública. No tenemos hospitales, escuelas, carreteras, y además hay hambre por todos lados. No al Mundial- decían algunos parlamentarios.
El presidente, sintiéndose respaldado por la opinión nacional dijo entonces:
-Ni un solo centavo del presupuesto nacional para el Mundial de Fútbol- afirmó el mandatario en una alocución televisada para todo el país.
Las voces que pedían el evento, sobre todo en la prensa deportiva, alegaban que no era un gasto sino una inversión publicitaria, que traería consigo un gran desarrollo para el país y que los ojos del mundo miraran hacia Colombia.
-Vendrán inversionistas de todo el mundo- editorializó cierta vez un diario local.
El presidente Betancur, también le salió al paso a esas tímidas opiniones en contrario.
-Lo que se puede perder en imagen por la no celebración de un Mundial de Fútbol, lo compensa el Premio Nobel de Literatura obtenido por Gabriel García Márquez- dijo. tras lo cual se refirió al empleo que se le daría al dinero no gastado en el Mundial.
-Esos recursos que se utilizarían para estadios y demás, serán destinados a la salud y educación y no a escenarios deportivos fastuosos- señaló.
El dirigente Senior, no pudo ocultar su amarga decepción al saber que el presidente Betancur, ponía fin al sueño de la sede mundialista:
-Colombia es un país enano al que no le quedan bien las cosas grandes. Y la empresa de realizar el Mundial es un compromiso grande. Yo quería para Colombia algo de ese porte, y Colombia me falló- dijo
Pero la verdad es que para algunos observadores, la FIFA estaba conssiderando desestimar a Colombia como sede. Se dice que hubo presiones por parte de la CONCACAF y del gobierno de los Estados Unido, para que la FIFA revocase la designación.
-Incluso, se habló, sin confirmar, de una discreta cena en un exclusivo restaurante de Madrid entre directivos de la Federación Norteamericana de Fútbol (CONCACAF) y del gobierno de Estados Unidos, con los directivos de la FIFA. Se hablaba de que había presiones para cambiar la sede de parte de las marcas patrocinadoras- señala como versión -sin darle total credibilidad- el portal de Infobae en nota de ayer Esto no se pudo comprobar, desde luego, pero lo que sí se conoció fue que la FIFA, a través de su vicepresidente, Hermann Neubuerger hiizo algunas exigencias que según los dirigentes locales, "no se podían cumplir".
Estas exigencias fueron entre otras:
-Una robusta flota de limusinas a disposición de los directivos de la entidad. (Aún hoy, dos décadas después, Bogotá tendrá a lo sumo una o dos, razón logística que obliga a todos los asistentes a los Premios Tv y Novelas a ser recogidos por la misma).
-Una red de trenes que permitiera comunicar a todas las sedes. (Con la connivencia de buseteros intermunicipales y del gremio transportador, la movilidad ferroviaria en el país se estaba muriendo de inanición desde hacía mucho tiempo, y evidentemente Velotax, Flota la Macarena y Expreso Bolivariano no estaban en capacidad de satisfacer la totalidad de la demanda mundialista).
-Aeropuertos con capacidad para el aterrizaje de aviones tipo jet en todas las sedes (El Aeropuerto El Edén de Armenia a duras penas servía para estacionar la avioneta de Carlos Ledher).
-Una red decente de carreteras que permitiera el fácil desplazamiento de la afición (Escenario bastante remoto, teniendo en cuenta que sólo hasta la presente década se completó la licitación de la troncal Bogotá-Girardot, a favor de los Nule).
-Y para rubricar la razonable exigencia de la Federación, se estableció el 10 de noviembre de 1982 como plazo de caducidad para informar al mundo si el país estaba o no dispuesto a cumplir con su palabra.
Estas desmesuradas solicitudes, fueron las que motivaron el discurso del presidente Belisario Betancur, el 26 de octubre de 1982:
-No se cumplió la regla de oro según la cual el Mundial debía servir a Colombia y no Colombia a la multinacional del Mundial- parte de la alocución presidencial ese día
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