En las redes sociales, que hoy se han convertido en el verdadero muro de expresión de las sociedades, parece haber consenso en torno a los últimos sucesos den Colombia: El gobierno del presidente Iván Duque, extraditará a Jesús Santrich a los Estados Unidos y el país deberá estar preparado para una nueva guerra civil, quien
sabe de qué terroríficas consecuencias.
La opinión de un gran número de estos usuarios de Twitter, Favebook e Instagram, se basa en que según demuestra la historia, ningún gobierno colombiano ha sido capaz de enfrentarse a Estados Unidos y antes por el contrario, sin discusión alguna se inclinan frente a sus exigencias. Incluso, varios dirigentes sugirieron que Colombia dejara de eser un país para convertirse en un estado de los Estados Unidos:
-Pasando a ser parte de la Unión Americana, los Estados granadinos se hallarían en la misma condición que los Estados de Nueva York, Pensilvania y los demás de la Confederación, gozarían de la protección que en el exterior puede darle el poder de aquel gran pueblo, y conservarían su gobierno propio, y los medios de mejorar su condición interior, sin los riesgos de esas incursiones vandálicas de que ahora estamos amenazados- escribió alguna vez Florentino González, quien además de participar en la Conspiración Septembrina que pretendió matar al Libertador Simón Bolívar, fue ministro de Hacienda en varios gobiernos.
Mariano Ospina Rodríguez, presidente de Colombia, le escribió para esa misma época a su primo, Pedro Alcántara Herrán, ex presidente en 1854:
-Los negociantes de esta provincia han acogido con mucho entusiasmo la idea de anexar la República a los Estados Unidos, como único medio de conseguir seguridad. Tal paso tendrá algunos inconvenientes, pero es el único remedio posible que se encuentra qué oponer a la barbarie que amenaza a devastar este país para siempre...
Ya después dejaría de hablarse de esta anexión, pero los gobiernos colombianos, seguirían arrodillados, implorando la limosna estadounidense. Por ejemplo, en 1901, cuando en la denominada Guerra de los Mil Días, el gobierno del presidente conservador, José Manuel Marroquín, sufrió una gran derrota a manos de Benjamín Herrera en Aguadulce, Panamá, el mandatario decidió rogarle a los norteamericanos que le ayudaran a pacificar al país.
Marroquín sabía de los deseos norteamericanos de apropiarse del Istmo y construir el famoso Canal, pero aún así, no vaciló en acudir a ellos. Era lo que había estado esperando Teodoro Roosevelt en la Casa Blanca. Enseguida se hizo presente en Panamá, sus marines incendiaron a Colón , asumió el control del país, trazó la paz del Wisconsin y estableció las bases para la posterior historia de dominación y soborno que todos conocen,
En épocas más recientes, en la década de los 80, cuando la Guerra por las Malvinas entre Inglaterra y Argentina, el entonces presidente colombiano, Julio César Turbay Ayala, se la jugó en favor de los Estados Unidos. que apoyaron a los europeos.
Turbay negó la solidaridad que toda la América Latina entregó a los argentinos -absteniéndose de votar en la Conferencia de cancilleres de la OEA- aislándose por completo del Sur del Continente, con excepción de Chile, donde mandaba Augusto Pnochet.
Tal actuación presidencial, le valió a Colombia el mote de Caín de América, que aún hoy perdura en muchos lares.
Esa entrega inicial a los Estados Unidos que fue preconizada, practicada y llevada hasta el sumum de la excelencia por parte de los gobiernos conservadores del pasado remoto, reapareció durante el mandato de Andrés Pastrana Arango.
El denominado y alabado Plan Colombia , fue negociado en secreto en su administración -1998-2002- y según reveló la Revista Semana: El país quedo plagado de asesores militares norteamericanos y cuerpos del ejercito y de la policía, armados y pagados con recursos norteamericano, cuyo mando pretende tenerlo la oficialidad colombiana; y aun no tenemos claridad que paso con la entrega de las 7 principales bases militares de Colombia, que se les quería obsequiar.
Siguiendo con esta historia de genuflexiones frente a Estados Unidos, en su libro, Nuestra Guerra Ajena, Germán Castro Caycedo alude a la exigencia de que los cultivos de coca sean fumigados con Glifosato y afirma que son tan nocivos, que Colombia es el único país frl mundo que lo utilza.
Calificándolo como "un rodillazo más ante Estados Unidos", Castro Caycedo censura de manera acre al gobierno de Álvaro Uribe Vélez, indicando que el acuerdo fue para favorecer a grandes empresas internacionales - Colombia es el único país del mundo que fumiga desde el aire con glifosato”, un “veneno” que se esparce por “poblados, escuelas y hospitales, sin importar nada”, afirma. Las grandes ganadoras de esta guerra ajena son Monsanto y Dow Chemical... agrega
Al final de este breve resumen, sólo habría que mencionar la posición del gobierno del presidente Iván Duque, descuidando muchas veces sus deberes con la nación para estar pendiente de los asuntos de los Estados Unidos con Venezuela; el mandatario tratando de cumplir con el compromiso de los norteamericanos de hacer entrar algunas "ayudas humanitarias" al vecino país, mientras el Chocó perecía a causa de espantosas inundaciones
-El agua subió a niveles que nunca había alcanzado, así que los daños a las viviendas fueron mucho más grandes. La naturaleza es incontrolable pero sí podemos hacer algo para que haga menos estragos", dijo la alcaldesa de Cértegui, Lina Moreno Palacios, quien agregó:
Espero que la venida del presidente Duque sea para traer realmente soluciones porque el río se va a seguir desbordando.
O al exProcurador Alejandro Ordóñez, acusando de ¨Traicion a la Patria" a Piedad Córdoba porque dijo que “los gobiernos progresistas de América Latina deberían romper relaciones diplomáticas con Colombia” , pero en cambio declaró a Juan Guaidó como un héore, por pedir una intervención militar contra Vebnezuela. estudiaría la opción de una intervención militar de EE.UU. en caso de ser necesaria,e incluso la aprobaría. "Querido amigo, embajador John Bolton, gracias por toda la ayuda que ha prestado a esta justa causa", dijo Guaidó y esto mereció aplausos por parte de Ordóñez
Ayer en una acción valiente y pacífica el presidente Guaidó, cumpliendo su función constitucional de comandante en jefe de las fuerzas armadas, renovó el llamado a los militares para pedirles lealtad y que se pongan al servicio de la patria y no de una persona- fue la aseveración del embajador Ordóñez,, convirtiéndose en otra de las muestras colombianas de genuflexión frente a Los Estados Unidos.
Si como todo parece indicar, esta secuencia de entrega a EE.UU continúa, el país volverá a verse envuelto en un conflicto de quién sabe qué impredecibles y mortíferas consecuencias
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