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  • Foto del escritorPepe Sanchez

Demasiado tarde, es el cuento que nos trae Guillermo Nieto en sus Miércoles Literarios



Por: Guillermo Nieto

DEMASIADO TARDE


“Quien carajos soy? ” Exclamó mirándose al espejo. “Quien carajos soy ese que está reflejado no soy yo.” Se vio viejo arrugado con ojeras, canoso y con una calvicie pronunciada. ” ahora si me jodí, solo como la mierda de perro, apartado por todos recogiendo la mala cosecha que sembré, creo que fui un monstruo o algo muy maligno, abandoné mis primeros tres hijos, me casé con una mujer bonita a la que también abandonaba por ratos ;le fui infiel y también le encaje tres hijos. Mujeriego, desperdicie dinero vida y educación para mis hijos. Nada me importaba creía que primero estaba mi felicidad, que la felicidad de las personas que me rodeaban. A mis primeros tres hijos, los ignore, los engañaba todos los, domingos diciéndoles que los visitaría, ellos se quedaban todo el día cambiados esperándome. Los domingos los utilicé para dormir y recuperar fuerzas de esa vida desbocada y equivocada. Hoy el tiempo me restriega en la cara mis errores, los hijos que tuve con la mujer que me casé también los ignore, me largue lejos y derroche un dineral mujereando y convencido que la hembra que tenía sería una mujer para toda la vida. Nada se cumplió ahora viejo como estoy nadie me visita, mis hijos aunque dicen que me han perdonado siguen con cicatrices que son lastimadas por los recuerdos. La madre de los primeros tres hijos se cansó de esperarme a ella también la engañaba con frases como voy a volver contigo, hasta que se aburrió y vive con otro. La mujer con la, que me casé vive refugiada en su odio, sonríe pero el sufrimiento y el odio se impone; yo fui un miserable dañando su amor puro y leal. Muchas veces le pasé por el frente de la casa con otras mujeres, esas mujeres que nunca te dicen qué no y cuando te tratan de papi, te sacan más dinero. Malgasté mucho dinero, poseído por la lujuria y el machismo entre más mujeres más dinero gastado, más olvido para mis hijos menos educación. Me creía el chacho, el galán, el papi chulo. El tiempo es inclemente, pasa rápido hoy soy un viejo acabado sin dinero y rodeado de resentimientos por mis hijos y por todas aquellas personas que engañe con mi mundo de fantasías. Ahora todos los domingos espero a mis hijos. Ellos me dicen el domingo vamos y me siento aquí en esta mecedora a mecerme y mecerme, preocupado en verlos llegar y nada. Mis pasos son lentos mi sonrisa ya no brilla. Estoy vencido. Hoy al verme al espejo descubrí que un monstruo comparado conmigo es un santo. Trataré de no fallarle a mis nietos los visitaré en sus cumpleaños, en sus grados, esperando borrar tanto odio y rencor sembrado por mi; pero ya el tiempo se esfuma de mis deseos. ¿Quién carajos soy? Ni yo mismo lo se Nojoda… ni se cómo en tan poco tiempo hice tanto daño”. Se quedó dormido, meciéndose en la mecedora de mimbre, de su mano cayó un papel, era un poema del poeta colombiano Julio Flórez que decía ” Todo nos llega tarde… ¡hasta la muerte!

 Nunca se satisface ni alcanza

 La dulce posesión de una esperanza

 Cuando el deseo acósanos más fuerte.

 Todo puede llegar: pero se advierte

 Que todo llega tarde: la bonanza

, después de la tragedia:

 La alabanza cuando ya está la inspiración inerte.

 La justicia nos muestra su balanza

Cuando su siglo en la Historia vierte

 El Tiempo mudo que en el orbe avanza;

 Y la gloria, esa ninfa de la suerte,

 Solo en las sepulturas danza.

 Todo nos llega tarde… ¡hasta la muerte!


Guillermo Nieto Molina Noviembre 14 8: 59 P.M. Derechos Reservados.

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