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Foto del escritorPepe Sanchez

El Ramayana, epopeya hindú, guerras, karmas y sufrimientos, que se desarrolla en el reino de Lanka

¿Castigos mortales para el irrespeto y la imprudencia?¿Ser condenados aunque el pecado haya sido cometido sin culpa? ¿Los hijos deben pagar por las faltas cometidas por sus padres?

–Las cosas que hacemos en la vida, Kausalia, sean amargas o dulces, traen su fruto y su sanción, su rica recompensa o su debido sufrimiento. le dice el rey Dasaratha a su esposa


El Ramayana es una obra de carácter épico, atribuida al escritor Valmiki, y gran parte de ella se desarrolla en el reino de Lanka, una isla muy cercana a la India, que muchos autores aseguran que es la Sri Lanka de hoy. (Llamada Ceylán hasta 1972).

No obstante su característica de relato bélico, es bueno señalar que en la obra resaltan criterios básicos del hinduismo

Lanka es el reino del despiadado y resentido semidiós Ravana, quien secuestra a Sita, esposa del príncipe Rama y la lleva como prisionera a la isla. Esto origina una guerra en la que al final Ravana es derrotado y la dama es rescatada por el triunfador, tras 14 años de una guerra atroz, sobrecogedora, pavorosa

Rama era hijo del rey Dasaratha, quien gobernaba el próspero reino de Ayodhya, en el norte de la India y vivía feliz con su esposa Sita pero un día, el diabólico rey Ravana la raptó ,llevándosela por los aires en su carro tirado por asnos hasta la ciudad dorada de Lanka. El príncipe de manera inmediata, armó ua poderosa armada para recuperar a la dama.

El sufrimiento del joven príncipe Rama durante los 14 años que dura la guerra con Ravana, es espantoso. Pasa por todo tipo de padecimientos, de horrorosos dolores, de pesares sin número ni límite, hasta cuando logra el éxito.

El texto es de carácter épico, pero entraña algunas consideraciones sobre las que es necesario reflexionar. Una de las recomendaciones de la obra es ser prudentes hasta el máximo. El no serlo, en llegar incluso a la temeridad, suele traer consecuencias terribles y funestas.

La primera parte, es una clara condena a los imprudentes temerarios:: Insensatos como el que desafía al tigre en su guarida, el que despoja el hijo de corta edad a su madre y el que interrumpe al sabio en su profunda meditación.

Sobre este particular, la epopeya nos narra que el sabio Kapila meditaba:  Su mente estaba sumergida en las brumas de la meditación o se elevaba de pronto hasta las más altas verdades. Sus oídos permanecían insensibles y su vista no se fijaba en las cosas de la tierra. Arrebatado en la soledad, habitaba en la alta cumbre de una montaña que dominaba la extensa llanura del noreste, y asistía, sin inmutarse, al griterío de los sesenta mil guerreros que se agitaban como hormigas a sus pies.

Pero lo jóvenes, hijo del rey Sagara, no se inmutaron siquiera. Sin importarles el trance espiritual en que se hallaba el asceta, no sólo siguieron riendo y cantando sino que profanaron el instante místico  haciendo sonar las cornetas de caza.  ¡Nunca lo hubiesen hecho!, señala el autor, quien acto seguido narra los horrores que sucedieron.

El sabio maldijo a los insolentes y pidió para ellos el máximo castigo divino y antes de que tuviesen tiempo de moverse, una lluvia de fuego cayó sobre ellos desde lo alto y -describe Valmiki- sus cuerpos, armaduras, caballerías y arneses se vieron reducidos a cenizas. Una parte de ellos quedó, ennegreciendo la falda de la montaña, con sus restos carbonizados.  

También queda planteado en el libro el controvertido tema del Karma. Esto, que muchas veces se llama Justicia Divina, no es sino el resultado de algo que la persona ha hecho y que le genera unas consecuencias. Es lo que en Física, podríamos describir como la Ley de Acción y Reacción de fuerza equivalente, pero en dirección opuesta. Los hindúes lo describen de la siguiente manera:

La Ley del karma es aquella ley que ajusta el efecto a su causa, es decir, todo lo bueno o malo que hemos hecho en la vida nos traerá consecuencias buenas o malas en esta vida o en las siguientes..La Ley del karma es conocida en varias religiones como "justicia divina" y es inmutable. Es siempre acompañada de la "ley divina".

Lo particular del caso es que en ocasiones se transmite de padres a hijos. Es cuando se dice que no debería ser, pero el hijo está pagando lo que el padre hizo. Y según afirman, esta ley es tan inexorable que el castigo se recibe aunque quien haya cometido el pecado, no tuviese intención alguna de caer en él

El padre del príncipe Rama, el rey  Dasaratha, se lo describió así a su esposa:

–Las cosas que hacemos en la vida, Kausalia, sean amargas o dulces, traen su fruto y su sanción, su rica recompensa o su debido sufrimiento. Un niño sin juicio es aquel, ¡oh Kausalia!, que no busca en su destino la sanción de su merecimiento- dijo

Dasaratha era un cazador experto y tan hábil en el manejo de las armas , que podía disparar una flecha con la ballesta, sin mirar al objetivo y acertar a plenitud. Le bastaba guiarse por el oído.

Un día andaba de caza, sintió un ruido en cercanías a un estanque próximo y sin mirar o apuntar, disparó la saeta. Como era habitual acertó a plenitud, pero en lugar de darle al ciervo al que creía haber impactado, la flecha había traspasado por completo el corazón de un niño, que yacía en un espantoso charco de sangre. A su lado, un cántaro. El muchacho, era el único hijo de una pareja de ancianos a quienes todas las mañanas iba a buscarles agua antes de dedicarse a sus labores diarias.

Aterrado, inundado por el dolor y el abatimiento, Dasaratha corrió a casa de los padres del joven muerto. Iba decidido a arrodillarse frente a ellos, a suplicarles el perdón, ofrecerles toda la ayuda que como rey podía proporcionarles e incluso, ponerse a su servicio para sustituir al hijo. Pero,,, Los padres del joven muerto no se apiadaron ante su terrible tristeza y de su real y vivo sufrimiento. Lo maldijeron le profetizaron enloquecedores padecimientos;  –¡Padecer por un hijo querido es la peor desgracia de un padre! ¡Padecer por un hijo amado: tú algún día sabrás lo que es, Dasarata! ¡Mira a los padres llorar y morir por un hijo muerto; llorarás y morirás también tú por un hijo querido y justo! ¡Lejana es la expiación; pero cuando el tiempo se cumpla, la muerte angustiosa de Dasarata levará su crimen!- relata Valmiki, quien acto seguido, sin mencionar la palabra, describe el Karma, en las propias palabras del rey Dasaratha: -Esto dijo el viejo profeta; después levantó la pira funeraria, y padre y madre murieron arrojándose a la hoguera ardiente. Han pasado años y tiempo, y cuando se ha cumplido el plazo recibo el fruto del orgullo y la locura; pago le precio de mi crimen. ¡Rama, mi primogénito, el más querido - es la triste reflexión del atribulado monarca  ¿Gravísimos castigos por la imprudencia, el irrespeto la temeridad y la inconsciencia?   ¿Karmas? ¿Hijos pagando la culpa de los padres? Son algunos de los temas planteados en esta obra y que cada quien deberá analizar a su manera

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