Juipitiando un porro con una cerveza bien fría en la mano, Camilo Quiroz Samudio, lanzó su frase, que sería su epitafio.
" Morir en los cachos del Toro, es morir como héroe".
Camilo Quiroz Samudio, desde muy niño era intrépido arriesgado y sin miedo. Disfrutaba las fiestas de Corralejas jugando con banderillas de cartón.
Simulando ante un taburete.
En su mente él lo veía como un toro criollo asesino popular en la región. "Las siete suelas"
Camilo Quiroz Samudio, debutó en las corralejas en San Joaquín un pueblo ribereño, caluroso y pródigo en la siembra de arroz.
Esa tarde Camilo Quiroz Samudio se enfrentó al toro asesino, " El Truhan" un verriondo de negro de cachos puntiagudos fuertes como los picos, la herramienta que utilizaba su tío Marcelino en la construcción.
Ese día El Truhan no pudo con Camilo Quiroz Samudio. El torero empírico lo reto con obligados de pecho, verónicas y hasta de rodillas le sacó un fuerte olé, olé, olé a la multitud congregada en la plaza de guaduas y balcones de tablas de Ceiba Roja.
Por la generosidad de los ganaderos y terratenientes presentes Camilo Quiroz Samudio recogió más de trescientos mil pesos, que le lanzaban al ruedo cada vez que lograba una manteada limpia y llena de arte.
Así recorrió las poblaciones de toda la Región Caribe. Las corralejas donde no asistía Camilo Quiroz Samudio, eran simples, porque le faltaba la maniobra limpia y gimnástica de brincarse el Toro asestándole dos o tres pares de banderillas.
Esa tarde aciaga Camilo Quiroz Samudio, venía de recorrer por varios pueblos de la región empalmando fiestas sin parar desde las fiestas del once de noviembre, Inmaculada Concepción, Año Nuevo, Santos Reyes, finalizando en la oficial la más grande, la del 20 de enero en Sincelejo las de San Sebastián.
Camilo Quiroz Samudio, además de, sus acostumbradas acrobacias habían agregado otra muy riesgosa, “La Mortal “así le llamaban, consistía enfrentar al toro acostado en una carretilla para clavar las banderillas, carretilla que él conseguía prestada con los albañiles de las poblaciones donde se realizara la corraleja. Como era tan popular, nadie le negaba el favor.
Por el alto parlantes de la plaza anunciaron a el Toro, "La Parca" un Toro, negro como un carbón, armado con dos filosos cachos que terminaban en aguas afiladas y de cincuenta centímetros de largos. De ojos negros penetrantes y tenebrosos.
Camilo Quiroz Samudio, empujado abordo de la carretilla, se enfrentó a "La Parca" y en su cuerpo sintió como si se rompiese un papel de regalo, destrozado el hígado, Camilo Quiroz Samudio alcanzó a colocar las banderillas y ver cuando caía de bruces y dando giros como un trompo al arenero de la plaza. Vio pedazos de su hígado, colgando como banderas rojas brillantes en los astados de "La Parca"
Sus compañeros de faena trataron de auxiliarlo, Camilo Quiroz Samudio en un murmurar quejo y sin fuerza exclamó
No pierdan tiempo compañeros ha muerto un héroe…-
En el pueblo esa noche creció un rumor decían "se lo llevó el Santo, San Sebastián, porque ese era el nombre que quería la mamá de Camilo Quiroz Samudio para que lo bautizaran. como el Santo. Sebastián." algunos creyentes del rumor mandaron hacer por su cuenta carteles fúnebres con el nombre de Sebastián Quiroz Samudio...
Guillermo Nieto Molina
Septiembre 30 8:15 PM
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