Guillermo Nieto Molina en su Miércoles Literario
Luis jose, y Samael dos vendedores de lotería, naturales de San José de Saco. Corregimiento cerca de Juan de Acosta. Luis José flaco, de manos frágiles siempre de camisas manga larga y un característico sombrero de copa. Luis José nadie lo conocía en su pueblo por su nombre y mucho menos en Juan de Acosta, donde desarrollaba su labor de vender la suerte, la lotería. Luis José lo apodaban por lo delgadillo, "pajarito " . La oposición a su estructura física era Samael mediana estatura,gordo de pronunciada barriga, y de gorras de moda y suéter traidos por encargo de sus clientes que semanalmente, viajaban a Maicao Guajira a vender confecciones. Los clientes de "pajarito", encajaban con su físico , sus compradores de lotería eran delgados como él. De igual forma parecían dividirse el pueblo de juan de Acosta, si en una casa tres eran flacos, y tres eran gordos, tres flacos le compraban a pajarito y los otros tres gordos a samael. Ambos competían la suerte de vender la misma lotería. Vivían de las ilusiones y sueños de hacer millonarios a sus compradores. Cada uno tenía su clientela. Se la respetaban y hasta le fiaban. Por negocio e ilusión, era mejor soñar dejando fiado un quinto de lotería,que llevarselo de regreso al mayorista que se los suministraba para la venta. "Pajarito" y Samael, viajaban a recoger la lotería en el bus de las cinco de la mañana, regresaban a juan de Acosta a las ocho o nueve de la mañana se bajaban en la primera entrada y de a pie comenzaban su labor calle a calle , callejón, a callejon, pajarito del lado derecho y Samael del lado izquierdo, después del medio día el recorrido se volvía hacer a la inversa por la tarde. Los dos loteros mantenían un pacto de respeto por sus cliente sin necesidad de hacer pacto. Después de la ruta de todos los días, "pajarito" regresaba a San José de sacó en el bus de las cuatro y media y Samael en el de las cinco y media . Samael era mucho más lento para caminar naturalmente por su sobre peso. Una tarde que había serenado Samael venía atrasado más de lo común. Diviso a Williams Granshill a la distancia, sintió el pito del bus que anunciaba la salida con su corneta para san jose de saco, faaa, faaa, faaaa. Samael sintió el pito más cerca, a medida que sus pies aceleraban el paso,el pito más fuerte se escuchaba. Samael le dijo a Williams -- Me quedan cuatro quintos de lotería, yo se que tu eres cliente de pajarito, te los dejo fiao que se me pasa el bus-- Williams contestó -- No señor, si por lo menos te hubiese comprado una vez, te los cogería pero no , uno debe ser serio.-- El abuelo sentado en la esquina escuchó la propuesta de Samael y dijo -- Cogale los cuatro quintos la suerte puede ser para ti-- No falta siempre la opinion del pesimista un tal Emiliano que se acercó a chismosear dijo -- No los cojas ya los ricos están completos-- Samael viendo el negativismo en contra; sintió el bus casi en la esquina corrió,y en una mesa de cuatro jugadores de dominó les entregó un quinto a cada uno. Abordó el bus. Se marchó. No hubo necesidad de esperar hasta el día siguiente para saber el resultado de la lotería. Samael paso un poco más de las diez de la noche por donde Williams, y desde el carro que lo transportaba, con una cara de felicidad que lo hacía ver tan delgado como pajarito le grito: -- Me despreciaste los quintos y salieron lo números en el premio mayor, dejaste de ganar catorce millones por quinto.-- Esa noche no durmió Williams, cada rato salía al patio y debajo del árbol de tamarindo le provocaba ahorcarse. El sueño lo doblegó después de las tres de la madrugada. Despertó a las nueve de la mañana. Se bañó. Sin desayunar, agarró camino para la plaza del sol de su pueblo ; sitio de concurrida gente enterada de lo mínimo que sucedía en el pueblo. Vió venir a Samael con un sueter rojo gorra blanca, jean azul y zapatos tenis blancos; los que Samael se colocaba para ocaciones especiales como bautizos y fiestas patronales. Venía con los cuatro ganadores. Se dirigiran con los quintos en sus bolsillos de la camisa del lado izquierdo del pecho a Barranquilla a cobrar el premio sorteado, catorce millones por quinto. Willians llegó a la casa del abuelo. En silencio sólo saludando por señas. El abuelo lo vió y le dijo -- Mijo no era para ti,deja que pase el tiempo y lo verás, el creador sabe para que hace las cosas-- No pasó un mes, Williams se convenció de las palabras expresadas por el abuelo. Los cuatro ganadores murieron en accidentes insolitos, inclusive Samael también murió infartado. Fue entonces después de hacer cien carambolas de una tacada en los billares de "la golera" que willians exclamó -- Naita pasa la mejor lotería es estar vivo, ¿Pá que quiero plata,? La mejor lotería sin comprar un quinto, es la vida. Todos los dias,se le apuesta a ganarle a la muerte...
Guillermo Nieto Molina Diciembre 5 1:30 PM.
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