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Foto del escritorPepe Sanchez

En su Miércoles Literario, Guillermo Nieto nos presenta hoy la historia de Un Buen Pagador

Maximiliano Contreras acaudalado terrateniente de la población,le ofrecía trabajo por jornal en sus haciendas a los hombres y jóvenes del pueblo.



"Cuando el rico visita al pobre, es por algún interés, Si la visita es al reves, el rico siempre se esconde" Yeyo Molina. Poeta,decimero cuentista. Juan de Acosta Maximiliano Contreras acaudalado terrateniente de la población,le ofrecía trabajo por jornal en sus haciendas a los hombres y jóvenes del pueblo. El grupo de servidores se fue reduciendo por las injustas, descaradas, e inclementes jornadas a las que colocaba a sus peones. Siempre cuatro horas más de labor de lo sentenciado por el ministerio de trabajo y almuerzos de mala calidad, además de poca agua para hidratarse. Trabajar para don Maximiliano Contreras era trabajar prácticamente para el diablo, no se podia definir de ninguna manera, si era más cruel trabajarle, que ir a cobrarle la semana o los quince días de jornal. Visitas estenuantes al cobrar, y plazos,siempre con la misma respuesta, hacían desistir al más perseverante de los entusiastas campesinos. Justino Cumplido, llegó al pueblo en busca de nuevas oportunidades. De baja estatura, de ojos asiáticos, manos ásperas, con unas botas de caucho que le quedaban grande y lo hacían lucir ridículo; acostumbrado a las faenas de tirar machete. No soltaba su chapuza al cinto donde depositada y afilada, descansaba su herramienta de trabajo. Eran las nueve de la mañana hora que Don Maximiliano Contreras llegaba al parque central,justamente frente a la Iglesia a refrescarse con su habitual raspado de hielo con kola y leche condensada. Al ver a Justino , lo abordó -- Forastero ,¿a qué se dedica?-- preguntó -- Yo trabajo por día, patrón soy tiradó de machete, y de los buenos!-- Dijo Justino -- ¿Dónde estás alojado forastero?- - preguntó Don Maximiliano. -- Jefe donde mi padrino Rubén Castellar. -- contestó Justiniano. -- Ah, ya sé, el doctor Rubén es compadre mio -- -- ¿Tiene trabajo pa mi? patrón , yo le trabajo- - dijo Justino -- Ombe, sí tengo trabajo por jornal,¿si quieres te vas conmigo pa que enganches?; pero pago semanal o quincenal, como te sirva, por mi no hay problema ,a mi me gusta pagar.-- dijo Don Maximiliano. Justino se embarcó con el terrateniente en el Platón de la camioneta se demoraron cuarenta y cinco minutos por la trocha que va para el cerro del suspiro. Al llegar al sitio, don Maximiliano dijo a Justino -- Aquí tienes esta punta de monte dale machete hasta la Ceiba roja que se ve allá en el bajo. Te voy a pagar quincenal; el día a veinticinco mil pesos y el almuerzo te lo traigo yo mismo ,eso si te recojo a las,seis y te llevo al pueblo la hora de entrada aquí es desde las seis de la mañana así que manos a la obra que es tarde y estoy perdiendo plata contigo. Mira la hora que es y todavía no has pegado un machetazo.! Quince días bajo un sol inclemente laboró Justino Cumplido, era el dinero exacto que le servía para regresar a su pueblo y comprale la ropa de diciembre a sus hijos,y pasar con ellos la noche de Navidad . La cuenta daba, Trecientos setenta y cinco mil ,ni un peso más, ni un peso menos; no había pedido anticipo, ni prestado, para coger su plata completa. Los quince días se cumplieron un día domingo. Cuando Justino le cobró a su patrón , este le contestó -- Hoy no pago es festivo, pasate mañana. Como se acerca navidad, yo te aviso para que vuelvas a venir a trabajar de machetero. Llegate por la noche.--dijo Don Maximiliano. El día lunes se le hizo largo a Justino. Para distraerse en el patio de su padrino se dedicó a limpiarlo, a repicar el monte con su machete afilado y rápido como él , lo manejaba por su práctica de oficio. A las seis y treinta tocó la puerta de cedro de la casa del terrateniente. Por la ventana una mujer vestida de gris con una pañoleta blanca le dijo -- ¿A quién busca? -- A Don Maximiliano señora- - dijo Justino --El no está venga mañana-- contestó la mucama. La misma escena se repitió todas las noches, a las seis de la tarde, cinco dias iguales. El sábado, durante el día, a la espera de la hora pactada, Justino había agotado todos los recursos de ornamentación en el patio de su padrino,dejándolo más reluciente que la plaza del pueblo en los días previos a semana santa. Antes de salir a cobrar se abrazó a un arbol de roble diciéndole. -- Dame una idea, ese viejo no se va quedar con mi plata trabajá-- Después de unos segundos de conservar silencio exclamó -- Eso es lo que voy hacé, seguro que lo hago salir, de la cueva al jambriento y duro tramposo ese! -- A las seís se presentó una vez más ,tocó la puerta de cedro con fuerza , decidido a cobrar su trabajo. Tan decidido que sus botas chirriaron amenazantes en el piso de baldosas italianas de la terraza. La señora del servicio ya lo reconocía, al verlo dijo lo mismo de todos los días anteriores: -- Venga mañana o el lunes el señor no está. -- -- Señora yo toda la semana lo he buscado pa entregarle una plata, son 375 mil pesos y como no lo he podido encontrá me la voy a beber en cervezas ,en la cantina del niño chicho, después de alguna forma le pagaré ese billete. La garganta me hace como sapo en tomatera. --¿Porqué no había dicho eso antes? -- dijo la señora del servicio-- Como se llama usted-- -- El sabe, el sabe esta mañana cuando comía su raspao le dije que por aquí pasaba -- ---Espere, no se vaya a ir-- agregó la señora del servicio. Justino, montó su dedo corazón sobre el indice por la mentira que habia dicho le dio un beso y alzó su mano al cielo. Así esperó. Al minuto apareció en pijamas, con un periódico en la mano don Maximiliano, asomado a la ventana. Justino Cumplido agarrando el mango de su machete, y sacando la filosa herramienta de su chapusa dijo: -- Nojoda verdá que lo que dicen de usté en el pueblo es cierto; pagueme mi quincena, o si no, lo trozo como el monte que le tumbé en su piedazo de tierra! ahí si sale porque creía que le iban a, pagá una plata. Ni ma bandió-- Levantó la herramienta de sus faenas de trabajo, la rula se veia como una extensión de su brazo, asestó un machetazo a la puerta de cedro, se sintió gente correr entre la casa, cuando se disponía a dar otro rulaso a la puerta, lleno de furia, la señora del servicio por la ventana le entregó un paquetico de dinero , dijo: --Señor,aquí le manda quinientos mil, y que perdone la demora ,-- Justino, recibió el dinero le dijo a la señora del servicio -- Vea, ese roble si sabe como es que se le cobra a un rico.-- Guillermo Nieto Molina Marzo 10 3:45 pm Derechos Reservados.

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