Suceso descrito en El Guamo Bolívar, pero de común ocurrencia en cualquier parte de América Latina
En el Municipio del El Guamo Bolívar, tierra fértil, de buen clima rodeado de fuentes hídricas que brotan desde las montañas, vivía Poríco, así lo llamaban y así se acostumbró el a su nombre; hasta su mamá también olvido el nombre con el que lo habían bautizado, no podían en ninguna parte del pueblo identificarlo de otra manera, su nombre como su ingenuidad era por cosas del destino, Poríco.
Era muy servicial y noble de un talante apacible, pero a la vez enérgico y convencido en sus percepciones.
Poríco, se ganaba la vida cargando, camiones haciendo mandados siempre recomendado por su honradez y buena actitud.
Raúl Molina. Propietario de un camión Ford de estaca lo invitó a viajar a Barranquilla, Poríco feliz de conocer se embarcó con Raúl, un rato en la parte de atrás y otro en la cabina que para esa época era reservada para recoger pasajeros con destino a la capital del Atlántico.
Arribaron a Barranquilla después de diez horas de luchar por caminos veredales llenos de fango y escalerillas.
Raúl parqueó el camión en el Paseo Bolívar la avenida del gran comercio de esa época de los años 1960. Le recomendó a Poríco,
-- cuida aquí no te muevas, -- dijo Raúl Molina
Al poco tiempo llegó un policía de tránsito, y dándole vueltas al camión, como buscando algo perdido se encontró con la mirada fija de Poríco.
El policía preguntó
-- ¿dónde está el chofer de este camión que está mal parqueado.?
-- veee que mal parqueao ni que ná! ¿Es Raúl Molina, el mejor chofer del Guamo tu no lo conoces? Dijo Poríco un poco mal geniado
-- me llevo este camión con La grúa. ¿Dónde está el chofer? agregó el policía.
Poríco camino de frente al policía apretando sus puños.
-- déjate de fartedá, Raúl Molina es el mejor chofer del Guamo;
vas a inventar que está mal parqueao? -- levanto su brazo grueso y fuerte como una mano de pilón. En ese instante llegó Raúl Molina,
-Que pasó Poríco? Dijo
--Este tipo que no te conoce y anda inventando que se va a llevar el camión con una grulla!! Explicó Poríco.
Raúl Molina tomó por el brazo al agente de tránsito, y le dijo a Poríco
-- ves cómprate una cola con un pan de sal.
Este salió en carreras a degustar la cola con pan de sal que tanto le gustaba.
Al regresar alcanzó a ver que Raúl le metía algo en el bolsillo de la camisa al agente de tránsito.
Porico Angulo preguntó a Raúl de regreso, al Guamo
-- ve Raúl, que le disté al policía yo te ví?
-- Poríco, le regalé una estampita de San Nicolás de Tolentino.
Ese santo es bueno como tu Poríco Angulo.
Poríco se sintió halagado sonrió feliz.
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