Por Guillermo Luis Nieto
INOCENCIA DESHOJADA
Fueron asaltadas la misma noche, en diferentes lugares, ella una joven muy linda tierna y muy confiada de la gente y su entorno, recuerdo que se llamaba Rosa, tierna muy tierna como su nombre. Un maldito violador abusó de Rosa, le deshojo sus pétalos tiernos, su ternura y sembró para el resto de su vida el pesar y la incertidumbre.
María, la morena de sonrisa alegre fue engañada por un hombre mucho mayor que ella, la misma noche que Rosa fue violada. Para ellas fue su primera experiencia en el sexo, y su trágica historia que las acompañaría hasta la muerte.
Esa noche las dos jóvenes quedaron embarazadas. La familia de Rosa y María iniciaron los trámites de la demandas y procedimientos civiles, a Rosa y María, les tocó repetir muchas veces ante fiscales jueces de familia y psicólogos la historia de sus tragedias, mientras en el vientre de ambas crecía una criatura.
Dos meses pasaron después de esa noche aciaga. No hubo resultados. En la familia de Rosa, y la familia de María, se tomó la tajante decisión:
Aborto, era la solución para salir de esa pesadilla. Las familias no querían cargar con esa afrenta en sus muchachas
de tan corta edad.
Para sus familiares fue fácil juzgar de esa manera. Para Rosa y María, nunca esa pesadilla terminaría. La justicia siguió con sus ojos vendados, buscando equilibrar la balanza en un mundo inclinado al facilismo y salvajismo.
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