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Foto del escritorPepe Sanchez

Isabel de Francia, su idilio con Roger de Mortimer y el fracaso con su esposo homosexual, Eduardo II

Actualizado: 24 abr 2020

*El 29 de noviembre de 1330, murió ahorcado Roger de Mortimer el gran amor de Isabel, La Loba de Francia, quien soportó terribles humillaciones de parte de su frágil consorte.

*En 1327, lograron la caída de Eduardo II y asumieron la regencia, pero en 1330, fueron encarcelados y Mortimer ahorcado sin fórmula de juicio



Roger de Mortimer, quien nació un día como hoy del año 1287, fue  el hijo  mayor de Margarita de Fiennes y Edmund Mortimer, lugarteniente del Rey Eduardo II de Inglaterra y Gran Juez de Irlanda (1316 - 1321). Fue el protagonista de una historia de amor ilícito, prohibido, con la reina Isabel de Inglaterra -hija de Felipe El Hermoso-  apodada la Loba de Francia y casada con Eduardo II, rey homiosexual

Esta Isabel nada tuvo que ver con Isabel I, la llamada Reina Virgen -dama que consolidara el gran poderío británico entre 1558 y 1603 y menos aún con la actual.  Isabel de Francia, fue la tercera y única hija del Rey Felipe IV de Francia y de la Reina Juana I de Navarra. Además, fue hermana de los reyes Luis X, Felipe V y Carlos IV. Sus contemporáneos ingleses la llamaban la Loba de Francia (Louve de France).

Su unión con Eduardo II Plantagenet, no pudo ser peor. Él odiaba a las mujeres, y sólo accedió a casarse para poder tener una descendencia que le garantizara la continuidad del trono a su estirpe.

Antes de entrar en pleno con la historia, que tomé del libro  La Loba de Francia, debo señalar que su autor, Maurice Druon no era el clásico  historiador, pero todo lo que cuenta en su serie Los Reyes Malditos, es cierto del todo. Desde luego, que ha introducido manifestaciones novelescas en ellos, pero su veracidad, y realidad, jamás han sido cuestionados. Por ello, y por ese carácter humano que le imprime a sus relatos, lo hemos consultado para  hacer esta nota.

Quizá la primera vez en se tocó de manera frontal y directa el tema de la homosexualidad en Europa, fue cuando el extraño y misterioso dramaturgo del siglo XVI, Christopher Marlowe, se refirió al rey de Inglaterra Eduardo II Plantagenet. El escritor defiende el derecho que tenía este monarca a su intimidad sexual, pero Isabel de Francia –esposa del soberano a quien apodaron la Loba- no pensaba lo mismo.  

El monarca tuvo como amante primero al francés  francés, Piers de Gaveston, con quien se entregó a un idilio desenfrenado, que pasaba por encima de las conveniencias sociales, de los lazos familiares y de los propios intereses del reino.

Gaveston fue asesinado y entonces el rey buscó consuelo en  Hugh Despenser, u boble inglés quien muy pronto fue designado Director de las finanzas del Tesoro, tenía poderes omnipotentes y omnímodos, tanto que los historiadores llegaron a llamar a esta época “El Reinado de Despencer”.

Esta situación impulsó a Isabel a los brazos del Barón de Mortimer, con quien sostuvo un romance apasionado, pero breve y que no tuvo un buen final. El sufrimiento y la humillación  padecidos por Isabel,  la Loba de Francia al lado de Eduardo no tuvieron límite.

Para poder tener relación sexual con la reina y que ella quedase embarazada, el rey metía en la pieza a su amante Despenser,, conseguía con él la erección y era entonces cuando se dirigía a Isabel. De manera amarga, ella misma se lo describió a su amante Mortimer:.

-Creí amarlo -dijo-. Me esforcé en hacerlo, con sentimientos preconcebidos; luego, conocí en seguida con que hombre me había unido. Ahora le odio, con un odio tan intenso que sólo puede desaparecer con él... o conmigo. ¿Sabéis que durante largos años creí que el disgusto de Eduardo hacia mí provenía de un defecto de mi naturaleza?    ¿Sabéis, amigo Mortimer, puesto que debo confesároslo todo, y por otra parte vuestra esposa lo sabe bien, que las últimas veces que se esforzó en frecuentar mi cama, cuando concebí a mi última hija, me impuso que el joven Hugh lo acompañara hasta mi lecho, y    y para poder cumplir su acto de esposo tenía que acariciarse antes con él, diciéndome que debía amar a Hugh como a el mismo, puesto que estaban tan unidos que no eran mas que uno? Entonces fue cuando lo amenacé con escribir al Papa.. -señala Maurice Druon en el V libro de su colección Los Reyes Malditos, llamado La Loba de Francia

El romance entre el barón y la reina, tuvo un final trágico, pero lo que la historia no puede desconocer, es el amor desmedido, ,abnegado y limpio de Mortimer por la Loba. No de otra manera habría hecho esta promesa, que es destacada por el escritor al final del capítulo VI 

¿Cuántos hombres son capaces de hacer un juramento como este y estar dispuestos a cumplirlo?

 Me entrego a vos -dijo él- Podéis exigirme lo que os plazca, y no darme más que lo que vos queráis. Mi amor será lo que vos deseéis.  Puedo acostarme a vuestro lado, desnudos ambos y no tocaros si me lo habéis prohibido.


Isabel, logró un triunfo aparente: su esposo Eduardo II abdicó en favor de su hjio, Eduardo III , siendo asesinado poco después, y ella y Mortimer, asumieron la regencia , Pero el ansia de poder de este último, dio al traste con todo. Deseoso de dinero y de omnipotencia, Mortimer despertó envidas y odios y al final, Eduardo III, ya con 18 años y nuevo rey determinó el 19 de octubre de 1330 encarcelar a la pareja,

Isabel fue confinada en el Castillo de Norfolk hasta su muerte en 1336, pero a su amante, sin fórmula de juicio, lo ahorcaron el 29 e noviembre de ese mismo año

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