Este horrible accidente del avión donde viajaban los jugadores del equipo de fútbol Chapecoense, ha conmovido a los medios deportivos. En efecto, la aeronave se dirigía a Medellín donde el equipo brasileño enfrentaría a Nacional por el título de la Copa Suramericana se estrelló en el cerro El Gordo, muy cerca del municipio La Unión.
El portero del equipo, Danilo, fue hallado con vida pero falleció a causa de las heridas sufridas:el defensa Neto, el también zaguero Allan Ruschell y Follman, también quedaron con vida pero padeciendo lesiones múltiples. /6 personas murieron en el siniestro.
Barranquilla sufrió una tragedia similar en 1947, cuando el DC4-114 colisionó con el cerro El Tablazo, entre Supatá y Subachoque. En él viajaban con destino a Bogotá, la gran figura del fútbol, Romelio Martínez y su hijo de pocos años. Martínez fue un extraordinario futbolista que representó a Atlántico en los Juegos Nacionales de 1932 y del 35 y después en el Sporting de esta ciudad. Tan famoso fue este deportista que el presidente de la República, Mariano Ospina Pérez, decidió que se suspendieran los Carnavales en La Arenosa, lo que no fue posible. Chelo de Castro contaba que “desde luego hubo algunos que los celebraron pero una gran mayoría se abstuvo”. Quienes lo vieron jugar lo definen como “un velocísimo wing -lo que hoy se conoce como puntero-.y un verdadero caballero de las canchas”
Ese sábado 15 de febrero. se inicaba la Batalla de Flores, que no pudo ser suspendida porque muchos danzantes continuaron el jolgorio
Se cuenta que en los Juegos Nacionales de 1935 -Barranquilla fue la sede- Caldas envió a un equipo de muchachos muy jóvenes, casi tofos estudiantes y les tocó enfrentar a a la Selección del Magdalena. La goleada fue inmisericorde; 12 por 0 en favor de los magdalenenses.
Atlántico a su vez venció a Magdalena y tras el partido, Romelio Martínez solicitó un altavoz: “Este triunfo, se lo dedicamos a la valiente y orgullosa Selección de Caldas”.
El gesto del barranquillero, fue premiado por los caldenses, cuyo gobierno lo declaró “Hijo adoptivo”.
Tal era la figura de Romelio Martínez, alguien digno de ser admirado y un verdadero ejemplo para los futbolistas de hoy y eso lo muestra su hoja de vida. Jamás fue expulsado de una cancha deportiva
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