Miércoles Literario de Guillermo Nieto
SI SUPIERA
El día que se suicidó Alberto Iriarte nadie escuchó el disparo que se pegó en el parietal derecho.
La detonación del arma fue opacada por el alto volumen del equipo de sonido que tenía a todo timbal en la habitación de lujo del hotel donde estaba escondido. Se mató escuchando a su artista preferido y una canción de nombre "si supiera”.
El día anterior desde un teléfono público llamó a sus familiares, y a sus mejores amigos, no les dijo dónde estaba escondido; les llamó para invitarlos con un tono festivo y de agradecimiento.
-- alistensen voy a mandar una buseta a recogerlos; mañana quiero reunirme con todas las personas que quiero. --
El encargado de recoger al personal como edecán de la buseta fue su mejor amigo de infancia "Peyito". Alberto Iriarte lo apreciaba y admiraba. "Peyito" nunca acepto sus proposiciones para negocios ilícitos y siempre recurría a sus consejos. A "peyito", Alberto Iriarte le confiaba hasta su sitio de escondite y todas sus fechorías. Lo único que no le contó, por no comprometerlo era de quien se trataba el enemigo que lo buscaba para matarlo.
La fiesta fue a orillas del mar, en una casa finca con piscina, todos los primos cercanos, la mamá, sus mejores amigos disfrutaron de la música vallenata y de su cantante preferido de la nueva ola del vallenato.
Mesas servidas con whisky y vino además de cerveza importada compartieron los invitados .La buseta que los llevó los recogió puntual a las siete de la noche la hora acordada. "Peyito" se quedó de último y de un fuerte abrazo se despidió de Alberto Iriarte, éste le secreteo el lugar de su escondite al oído. Mientras lo abrazaba.
-- tranquilo mi llave, algún día resuelve todo. Le dijo "peyito" mientras se retiraba después de un apretón de manos.
Alberto Iriarte llegó al hotel y se encerró a escuchar champeta, salsa y vallenato.
Mirándose al espejo se perdió en el recuerdo mirando su reflejo.
Recordó los negocios ilícitos que lo habían llevado a huir dejando su hogar,dejando a su dos hijos y a la mujer de su vida. Como una película recordó paso a paso como clonaba las tarjetas de crédito, y débito,como vendía pasajes por Internet para vuelos internacionales falsos, como su cédula; también clonada con apellidos de gente pudiente y adinerada.
Recordó que sus ganacias ilicitas superaron más de los trescientos millones dinero que mal gastó en mujeres vicios y rumbas.
Ahora en la soledad de la habitación del hotel era un desconocido frente al espejo.
Los sueños de niñez en ser un ingeniero electrónico se esfumaron con la arrogancia de la delincuencia.
Alberto Iriarte, se recostó a la cama sus ojos innudados de lágrimas. Colocó de nuevo la canción "si supiera”.
Eran las dos de la mañana y no paraba de tomar y de repetir el mismo disco.
Tomó su celular y en su red social volvió a reenviar sus fotos más felices, su grado de primaria,de bachillerato, de universidad,las de su matrimonio, el nacimiento de sus hijos, festejando el campeonato del Junior su equipo del alma.
Mando un mensaje a su mamá por el whatsapps escribió
-- mamá Perdóname, no tengo salida, cuida de mis hijos que desde hoy son tuyos.--
Su hermana Cristina despertó a las tres de la mañana prendió su celular y vio que su hermano subía y subía fotos, llamó a su mamá, que vivía en el segundo piso tocó fuerte la puerta casi a gritos por la ventana dijo a su mamá
--abre la puerta mamá Albertico le pasa algo, lo presiento.--
-- yo he tenido pesadillas donde lo veo lleno de sangre pero sonriente, ¿pero dónde lo buscamos? si él está escondido y ninguno sabe?--
Dijo la mamá de Cristina y Alberto.
-- vamos a la casa de" Peyito", el debe saber él es su mejor amigo--
Corriendo las dos cuadras de la casa despertaron a "peyito" le contaron la premonición.
-- yo las llevo pero no me vayan a meter en líos con Alberto este es un secreto que yo no quiero contar, la amistad es fiel.
El hotel donde estaba hospedado Alberto Iriarte tenia todos sus pisos a oscuras, sólo la luz del pent house, estaba encendido.
Entraron sin anunciarse subieron sin pedir permiso, el recepcionista a esa hora estaba rendido del sueño.
La puerta estaba sin llave se escuchaba la canción que le fascinaba a Alberto, "si supiera" entraron.
Tendido en la cama mirando el techo sin pestañear sonreído en un charco de sangre que corría por el plástico protector de la almohada, estaba sangrando.
En la mano derecha el revolver que había comprado en la brigada con una cédula falsa y extractos bancarios falsos.
En su bolsillo derecho un papel escrito por él.
-- la vida de engaños, se convierte en tragedia, cuidensen no tenía salida era yo o mis hijos, esta desgracia es real.....
Guillermo Nieto Molina
Enero 11 3:10 pm
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