Así creció en El Guamo Bolívar, de mediana estatura gozó del aprecio de su pueblo por muchos años, era travieso juguetón busca pleitos, leal y muy honrado.
El negro Lute se apedillaba Lora, pero de igual forma pudo apedillarce Guzmán, Serge, Molina, Barrios, Ávila porque era en El Guamo el hijo querido por todos.
Una vez el negro Lute, peleó en la plaza y el policía Julio lo llevaba agarrado por la pretina del pantalón rumbo al calabozo, el negro Lute se fue zafando el cinturón pegó un brinco y salió desnudo corriendo. Dejando al policía Julio con su pantalón desteñido en la mano.
Para correr era un experto disfrutaba de una velocidad única jamás vista en toda la región, una vez ganó una apuesta con Anselmo, la apuesta consistía en correr una carrera de quinientos metros con las siguientes condiciones, Anselmo en su yegua y el negro Lute de a pie.
La carrera fue convocada, el pueblo se aglomero y sonaron los tres disparos reglamentarios, el negro Lute corrió como una pantera que persigue su presa, y, se ganó a el señor Anselmo en su yegua amarilla.
No faltó el tramposo que quiso arrebatarle la apuesta a Lute diciendo
-- que no podía ganar
--que había desigualdad, ya que Lute no corría con un peso de cincuenta kilos sobre sus espaldas, como si lo había hecho la yegua.--
Lute discutió dijo
-- "yo le dí dos patas de ventajas quieres más?"
Una vez en calamar población vecina del Guamo, el negro Lute estaba descargando un camión de gaseosas y veía a unos atletas haciendo pre calentamientos para una maratón de un kilómetro él los miraba de reojo y se decía entre dientes “a esos me los gano yo"
Raúl Molina conductor del camión le propuso,
-- Lute ven pa que corras--
Pagó la inscripción y le pintaron un número en la espalda en su camiseta sudada por la actividad de descargue del camión.
Todos los corredores se alistaron a la salida de la competencia el sol era calcinan te la piel de Lute brillaba, sonó el disparo todos arrancaron de prisa, Lute se quedó esperando, estaba acostumbrado a que sonarán tres disparos reglamentarios, como en la carrera contra la yegua, Raúl le grito desde el público
-- "Corre Lute corre --“
Había perdido como cincuenta metros de carrera en relación a sus contrincantes, los pasó raudo sin mirarlos y al llegar a la meta estaba una cinta que debía llevarse con el pecho el negro Lute al ver la cinta la salto sin tocarla. Esa vez también quisieron robarle el premio. Por no reventar la cinta.
Raúl le preguntó
--"Lute porque saltaste esa cinta era pa llevártela en el pecho?"
--"¿Pale, que iba sabe yo eso? yo sé es correr" agitado un poco contestó Lute.
Lute merecería una estatua a su velocidad, era envidiable su poder para correr.
Murió de viejo como mueren los hombres buenos, mucho tiempo después en la ciudad de Barranquilla al lado de sus hijas.
Guillermo Nieto Molina
Septiembre 17 1:16p
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