*La Prensa y Diario del Caribe, resaltaron el hecho
Una draga permanente no solucionará el problema, pues el río arroja más sedimentos en la desembocadura que lo que se puede sacar en un año de trabajo
Lo que se conoce como Bocas de Ceniza –La desembocadura del río Magdalena en el Mar Caribe- fue descubierta hacia 1499, por Rodrigo de Bastidas, quien renunció a penetrar por el mar a la arteria fluvial, ante las dificultades de navegación que se presentaban.
Según Rodolfo Segovia, el lecho submarino del río compuesto por una serie de “Colinas y cañones inestables, además de la ingente cantidad de sedimentos”, le impidieron al conquistador su avance fluvial hacia el centro del país.
“La colina frente a Bocas de Ceniza” –sigue diciendo Segovia- “fue lo que impidió la navegación de Bastidas y Juan de la Cosa”.
Es que estamos frente a un río de verdad indomable- reseñó en su momento el historiador Rodolfo Segovia quien fuera ministro de Obras y Transporte y senador de la República.
De acuerdo con estas notas previas, resultaba una labor muy poco prometedora la construcción de un puerto, en el río, sobre todo si se iba a inhabilitar el natural, que estaba en el mar.
El río Magdalena, arroja sobre el delta se su desembocadura en el mar 200 millones de toneladas de sedimento al año, lo que hace que la navegación allí sea una tarea ímproba.
Las dragas más eficaces que se conocen, tienen una capacidad para eliminar los sedimentos a razón de 40.000 toneladas diarias –es decir 14.460.000 millones al año- lo que impiden trabajo eficaz. La sedimentación arrojada por la corriente, siempre será superior a lo que se intente contra ella en materia de dragado.
En 1956, fue contratada la Comisión Técnica Francesa, a fin de que hiciera un estudio y recomendara acciones a seguir para frenar el problema.
De manera textual, tomamos de los extintos periódicos, La Prensa y Diario del Caribe, lo que indicaba la junta de expertos que hizo la evaluación:
-La Comisión Técnica Francesa, mediante estudio preparado sobre inspecciones realizadas durante año y medio en Bocas de Ceniza, sugiere del puerto de Barranquilla como medida de ahorro en las continuas inversiones que se efectúan parta el mantenimiento de la vía que permite el paso de buques hasta Barranquilla por el Río Magdalena- es la noticia registrada por el periódico La Prensa el día 4 de octubre de 1956.
-Los técnicos aseguran -sigue indicando el diario- que es menos costoso construir otro, que sostener Bocas de Ceniza, coincidiendo con lo expresado por un dirigente de la ciudad que calificó a Bocas de Ceniza como "la mayor sangría económica que tiene el país". señala la publicación
Ese mismo 4 de octubre de 1956, Diario del Caribe, indicaba:
-El informe está suscrito por los expertos contratados por el Gobierno, pertenecientes a La boratorio Central Hydraulique de France.
-La Recomendación del cierre del puerto, está acompañada peor una estadística completa sobre las inversiones realizadas y el futuro crecimiento portuario- señalan ambas publicaciones
No se sabe cuanto ha cambiado la situación presentada en ese entonces con la actual, pero lo cierto de todo es que año tras año, las noticias en torno al canal navegable son las mismas: La poca profundidad del canal navegable, impide el acceso de grandes barcos al puerto local.
.Derrotadas en línea todas las dragas, lo único que queda es eliminar Bocas de Ceniza y hacer el Superpuerto, pero...El regreso al mar, el anhelado Megapuerto, es en estos instantes, impracticable. Lo que no se hizo cuando lo recomendó la Comisión Técnica Francesa en 1957, hoy es casi imposible de llevar a cabo. En varias ocasiones, la dirigencia local ha recabado la ayuda del gobierno nacional para la construcción del nuevo puerto, pero todo se estrella frente a la suma que cuesta llevar a cabo el proyecto: más de 100 millones de dólares. La cifra exacta de 109.413.460.
En su momento, cuando fue presidente de la Junta Directiva de Promigás, Antonio Celia Martínez Aparicio, se pronunciaba sobre el asunto:
-Muy difícil -explicó- porque eso tendrían que hacerlo las empresas locales y dado ese costo de la obra, nadie podrá asumirlo. Habría que pensar en un gran consorcio y en estos momentos no parece probable.
Ante tal coyuntura, el problema continuará por muchos años
Comments