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Foto del escritorPepe Sanchez

Los novios, historia de amor de Amadeo y Darlene que trae Guillermo Nieto en Miércoles Literarios



Por Guillermo Nieto


El amor, nos toma de repente, y nos devora, así también es la muerte no tiene horarios ni hora." Guillermo Nieto Molina.

Amadeo y Darlene tenían tres años de amores, los reglamentarios para casarse por la Iglesia católica apostólica y Romana de la época. Tres años donde Amadeo era recibido por Darlene tres veces a la semana, Lunes, miércoles y domingo. Siempre con un alguacil, una tía de Darlene, pendiente que Amadeo no se le acercara a Darlene. Ellos para darse el primer beso esperaron año y medio con el triste agravante que el primer año fue largo, era un año bisiesto. Se besaron una noche que se fue la luz y aprovecharon la oscuridad. Fue un beso a tientas represado por noches cargadas de apretones de mano y de guiños de ojos y sonrisas picaronas. Transcurría el año 1948 y la moral y buenas costumbres constituían las reglas para llevar con honor un noviazgo digno. Amadeo vestido de elegantes camisas mangas largas saco y corbata y pantalones de la gabardina importada costosa y brillante, acompañado de zapatos de charol de dos tonos, blanco y negro. Darlene le recibía las visitas ataviada de vestidos largos, de faldas que rozaban el suelo, sus pechos eran amordazados por un corpiño, de talle alto y gruesa tela. La visita era estricta de seis a ocho de la noche. Ni un minuto más, ni un minuto menos. Amadeo siempre sorprendía a Darlene con esquelas en papel cebolla escrito con poemas y pensamientos de poetas del mundo para el mundo de los enamorados; Impregnados del perfume María Farina. Darlene lo esperaba con pañuelos de dacron blanco bordados a mano con un corazón en cada esquina. Su noviazgo era estricto nunca se le permitió al joven Amadeo, abrazar a Darlene. Si eran invitados a fiesta de sus amigos bailaban tres canciones sin abrazarse. Tres años fueron suficientes para demostrarse que se amaban hasta mucho más de la eternidad. Amadeo prominente médico, de buena estima en la villa por su generosidad y excelentes diagnósticos. Si un paciente acudía a su consultorio y no tenía dinero para comprar sus medicamentos, Amadeo se los obsequiaba de muestras médicas que enviaban los laboratorios de la época. Darlene recién graduada en un colegio de monjas, había perfeccionado el arte de hacer trabajos manuales como bordados, cojines, y hasta pudines en variedad de formas y sabores. El matrimonio fue acordado para un sábado 12 del mes de junio de 1948. La ceremonia se, efectuó en la Iglesia San Nicolás de Tolentino. La fiesta en el Hotel El Prado. Fue una noche fantástica en los salones del hotel al son de valses y mazurcas de la época, acompañados por la orquesta de Francisco Galán. Darlene se veía radiante vestida de blanco inmaculado y su vestido arrastraba una cola de dos metros que la hacía lucir imponente. Amadeo, vestido de paño inglés, importado directamente de Inglaterra. Los regalos bellísimos fueron colocados en una habitación especial para los, recibieron cerámicas italianas, vajillas cristalinas de Madagascar, paños y tules importados, baterías de cocinas en acero inoxidable, y un automóvil Ford cero kilómetros regalo de la Asociación Médica del Caribe. La luna de miel estaba programada para el día lunes desde el puerto de puerto Colombia con destino a Francia; al puerto de Le Havre. Visitar París y regresar después de un mes a Colombia. Amadeo y Darlene amanecieron destapando regalos y clasificando las tarjetas en el mismo orden que habían sido enviadas en la lista de invitados. El matrimonio no tuvo tiempo para consumarse, Darlene se adormitó y Amadeo después de mucho wiski escocés prefirió posponer las ganas para más tarde. La pareja despertó a la una de la tarde del domingo. Pidieron un jugo a la recepción del hotel y decidieron ir a almorzar y aprovechar para estrenarse el carro a las playas de Santa Verónica. Antigua playa conocida como mata de uva. Tomaron la vía del algodón una carretera en construcción con tramos asfaltados y otros sin asfaltar y peligrosos. El vehículo Ford descapotado pasó veloz por el caserío de Juan mina, y por una casita en el punto conocido como cuatro bocas desentechó un cambuche ubicado cerca a la vía. Darlene le decía a su esposo Amadeo "deja la prisa" el riéndose y apretando más el acelerador le contestaba " aún no me puedes mandar, no somos marido y mujer, disfrutemos de nuestra libertad " Bajaron la loma de Mateo a una velocidad superior a los ochenta kilómetros por hora, bordeando el cerro para subir a Tubará las llantas chirriaban en cada curva. Darlene le apretó fuerte la mano a su novio y esposo, al girar en la última curva a un kilómetro de Tubará. El auto se volteó; los novios salieron disparados a la pared del cerro. Setenta años han transcurrido de ese cruel accidente, el sitio está protegido por una vegetación exuberante y fresca. Cuando se pasa por ese lugar el aire cambia a un aroma frágil y amoroso. En el lugar que cayeron los cuerpos siempre hay vegetación natural Florecida de bellos colores .El amor quedó impregnado para, siempre en la vuelta de los novios así se le conoce, imponentes árboles protegen el amor que se quedó eterno y virgen en la vuelta que les arrebató el amor y los sueños a Darlene y Amadeo un domingo trece de junio de 1948.

Guillermo Nieto Molina Noviembre 18 7: 59 P.M. Derechos Reservados.

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