Tomado de Publimetro
-La particular situación se presentó en Barranquilla. En medio de un atraco que se presentó en un bus, uno de los pasajeros reaccionó. Allí, el hombre sacó una navaja de su bolso e hirió al asaltante justo cuando huía. Sin embargo, hasta ahora no se han tomado medidas. Así lo explicó el Coronel Jorge Pinzón, comandante del operativo de la Policía de Barranquilla en entrevista para Noticias Caracol.
Gran preocupación han exteriorizado las autoridades policiales y judiciales, los diarios del país y las cadenas nacionales de radio y televisión que señalan que el fenómeno de tomar la justicia por mano propia -o linchamientos, como se denomina esta práctica- se ha recrudecido en los últimos días:
Según estudios del grupo de investigación Eilusos, del Departamento de Sociología de la Universidad Nacional, en los últimos cinco años se han registrado casi 250 hechos, entre linchamientos, intentos de agresión y casos de justicia por mano propia. Solo en Bogotá hay reporte de 54 hechos, y a nivel nacional, los muertos a manos de multitudes iracundas ascienden a 32- señaló hace un par de días el diario El Espectador.
-La situación es muy grave. Tres de cada 10 colombianos toma la justicia por mano propia vengándose de su agresor antes de denunciar. Esa es la principal conclusión de una reciente investigación de la Facultad de Derecho de la Universidad Libre- señalaba hace unos días W Radio.
Y hay razones para que esto ocurra. El Código Penal Colombiano es tan blando, tan endeble que la propia Policía se queja.
-Los capturamos y al día siguiente están libres por diversas causas. vencimiento de términos, malos procedimientos a la hora de la captura o, les dan casa por cárcel- decía en días pasado el brigadier General mariano Botero Coy, Comandante de Policía en el Atlántico.
¿Delincuentes libres por cualquier causa? Bien, Gian Domenico Romagnosi, filósofo y jurista italiano,del siglo XIX, el máximo continuador de la tradición ilustrada en la Italia de la restauración, citado por Jorge Eliécer Gaitán en el Debate por la Masacre en Las bananeras, decía que “Allí donde no actúa la espada de la Justicia, vibra el puñal del asesino”,
Ya este tema había sido planteado por el escritor español, Félix Lope de Vega, en el siglo XVI, cuando noveló un suceso acaecido 100 años antes.
En su inmortal obra Fuenteovejuna -u obejuna, como también se puede escribir– en el Siglo XVI planteó un problema muy similar a lo que está ocurriendo en Barranquilla: La justicia por mano propia.
El Comendador de la población, Fernán Gómez de Guzmán -puesto en el cargo por Fernando e Isabel, los Reyes Católicos, abusaba de su poder traicionando al pueblo y a los ideales del caballero medieval y a los propios monarcas, dado que tomó la llamada Ciudad Real para a los enemigos de los monarcas.
Este Comendador no se detenía ante nada y avasallaba a todas las doncellas del lugar, aunque fueran hijas de la más rancia aristocracia de la región.
Prendado de la hija del alcalde, Gómez de Guzmán pretendió seducirla pero ella lo rechazó y en su lugar decide casarse con un joven llamado Frondoso. El Comendador intenta poner presos a los novios, pero Frondoso, le apunta con su ballesta. Gómez de Guzmán, ordena a sus soldados que los capturen.
Los habitantes de la población entonces, se lanzan contra el Comendador y le dan muerte a golpes, pedradas, patadas y garrotazos.
El rey Fernando quiere saber más del asunto y entones le revelan la espantosa conducta del gobernador y se da el famoso diálogo justiciero:
-¿Quién mató al Comendador?
-Fuenteovejuna, señor
-¿Y quién es Fuenteovejuna?
-Todo el pueblo a una!
El rey Fernando, decidió no entrar en acción contra unos ciudadanos que tomaron la justicia por su propia mano.
Ese no fue un episodio que saliera de la mente del novelista. No era una ficción. Eso fue de la vida real, acontecido en ese pueblo en 1476.
Pero esa práctica de tomar justicia por mano propia, trascendió en el tiempo y en el siglo XVIII, revivió en los Estados Unidos, cuando fue aplicada por el juez Charles Lynch, quien dio así origen al término linchamiento, o Ley de Lynch.
Cuenta la historia que este personaje, hijo de inmigrantes irlandeses, agricultor en Virginia y revolucionario en la época de la Independencia, descubrió a un grupo de ciudadanos de los denominados “lealistas” –término usado para definir a ciudadanos norteamericanos que luchaban en favor de los conquistadores y colonizadores ingleses- quienes habían sido absueltos de los cargos. Lynch ordenó que de todas formas fueran ejecutados.
Y un siglo después, basado en este principio de Lynch, Simón Bolívar en la lucha por la Independencia, expidió el decreto de guerra a Muerte;.
-Españoles y canarios, contad con la muerte, aun siendo indiferentes, si no obráis activamente en obsequio de la libertad de la América. Americanos, contad con la vida, aun cuando seáis culpables.
Sí, hay formas de evitar estas actitudes por parte de los ciudadanos pero para ello, es necesario que la Justicia utilice su vara
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