Las mentes más desarrolladas y sobresalientes de su época dijeron que era “sobrenatural”
Daniel Dunglas Home, célebre por sus demostraciones de poderes paranormales, convocó a grandes científicos como Darwin y Crookes, interesados en conocer su secreto. Los más grandes científicos de su época dijeron que sí. Telekinesis, levitación y clarividencia, eran las principales demostraciones de su fuerza mental. (Esta nota ya había sido publicada pero hoy, toma inusitada vigencia a raíz de un juguete de moda en el mundo, con el que se puede hacer telekinesis, es decir, mover objetos con la fuerza de la mente).
Desde los cuatro años de edad, sus poderes quedaron de manifiesto. Este niño, que nació en marzo de 1833, causó el espanto de su madre cuando predijo que una prima suya, iba a morir dos días después. Cuando la noticia del deceso de la parienta se conoció, la madre del infante recordó que ella misma y un hermano suyo, tenían dotes de videntes. Pero Daniel, había demostrado con creces que superaba a ambos.
Cuando en Edimburgo se hizo sentir una aguda crisis económica, la madre decidió enviar a Daniel a los Estados Unidos, donde una tía iba a atenderlo en todo. Ya con trece años, Home trabó amistad con otro joven llamado Edwin, con quien hizo un extraño pacto después de leer la Biblia: quien muriera primero, debía avisarle al otro.
Una noche de junio de 1846, Daniel despertó y vio a su amigo envuelto en una aura resplandeciente, y luego despareció. Llamó a sus tíos y les comunicó que su amigo acababa de fallecer.
Cuando se recibió la noticia de la muerte del joven, comenzaron a desarrollarse extraños eventos en la casa: objetos que volaban e iban a estrellarse contra las paredes, grandes voces surgidas de la nada, etc.…sus tíos determinaron que el muchacho estaba poseído por el demonio y lo expulsaron de la residencia.
Errante por todo el país, conoció a una famosa médium, Mrs Hayden ante quien realizó otro prodigio: la levitación.
Mrs. Hayden no lo dudó, y presentó al joven ante los médicos y profesores de la Universidad de Harvard. Asombrados, éstos declararon que no podían explicar de manera científica, las demostraciones de levitación que Home había realizado.
Volvió a Inglaterra –ya tuberculoso porque se creía que el clima le iba a ser beneficioso- pero ya se había convertido en una verdadera celebridad.
El entusiasmo con que fue recibido en Londres, lo envolvió de tal manera que olvidó su enfermedad y continuó realizando sus pruebas de manera constante.
Cuando una noche hizo aparecer en el hotel donde se hospedaba una botella de vino de la nada, el dueño del establecimiento lo invitó a una velada, en la que particípó el bien reputado físico, sir David Brewster. Este último declararía después ante la prensa que vio “moverse una mesa sin que nadie la tocara y elevarse en el aire”.
En otra ocasión, también en una sesión espiritista pidió que se colocara un acordeón sobre la mesa. El instrumento, comenzó a tocar por su cuenta, como si estuviera vivo una melodía que tuvo efectos devastadores: uno de los asistentes, sintió que su padre –quien había fallecido tiempo atrás, le había agarrado la mano, lo mismo que hizo el día de su muerte.
Para sorpresa de todos, una mano surgió del pecho del hombre y todos los testigos huyeron despavoridos del lugar.
Su fama llegó hasta extremos increíbles. El emperador de Francia, Napoleón III y su esposa, Eugenia de Montijo, lo invitaron al palacio y allí ejecutó otra proeza: hizo materializar de la nada un lápiz, tras el que apareció una mano que trazó una rúbrica en un papel que estaba sobre la mesa. La rúbrica, como después fue avalado por peritos calígrafos, correspondía a la firma de Napoleón Bonaparte. Grandes personalidades de las ciencias y las artes, decidieron comprobar si los poderes atribuidos a Home eran ciertos. .
Cada quien por su lado, el insigne físico inglés, Sir William Crookes, descubridor de los rayos catódicos y el primero en demostrar que el Tantalio podía ser aislado como elemento particular: Michael Faraday, quien descubrió la inducción electromagnética, demostrando que el magnetismo produce electricidad a través del movimiento; Charles Darwin, el biólogo que planteó la tesis de la evolución de las especies: el matemático August Morgan; el antropólogo Francis Gaulton y los escritores Leon Tolstoi –Anna Karenina y La Guerra y la Paz- y sir Arthur Conan Doyle, creador del inmortal personaje, Sherlock Holmes.
-Tras ver a Home levitar, salir por una ventana del tercer piso donde se encontraban, verlo llegar hasta la segunda planta, acceder a una habitación, sentarse y luego elevarse, llegar otra vez al tercer piso, hablar en una lengua desconocida y mostrar un aire de cansancio, los asombrados asistentes no sabían que opinar- señala el portal https://elcastillodelterror.com/
Para Crookes, aquello fue “una singular demostración de fuerza psíquica”. Darwin dijo que era ”inexplicable”; Faraday afirmó que Home era un charlatán pero que lo observado no podía ser calificado como “algo que la ciencia conociera” , y Morgan, Galton, Tolstoi y Doyle indicaron que lo visto era “real, sin ninguna duda”.
Home murió el 21 de julio de 1886, sin que se le hubiera podido comprobar alguna falsedad o truco en sus actos.
¿Eran reales sus poderes? ¿Había otros como él? Un siglo antes, el Santo Oficio o Inquisición, habría tildado a todos como “poseídos por Satanás y dignos de la muerte”. Pero en 1812, ya el Santo Tribunal había sido abolido hasta en la propia España, donde tuvo mayor vigencia.
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