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Foto del escritorPepe Sanchez

En el Día Internacional de la Mujer: Dos damas, su madre y su abuela, forjaron a Catherine Ibargüen

*Mi mamá y mi abuela formaron lo que soy como persona, a la medida de lo que pudieron.

Nota de Filiberto Rojas Ferro, Cordinador de Comunicaciones del COC, enviada por Jorge Charris Pacheco

Cuando la invitaron a participar en su primera competencia deportiva, Caterine no tenía un par de tenis para correr. Tuvo que llevar los de doña Francisca, su mamá y primera patrocinadora, su motor para emprender un camino que hoy la tiene como la reina del atletismo colombiano. Con ese par de tenis de la mamá, la confianza del profesor del colegio, su entusiasmo propio y el valor agregado de la sonrisa que la caracteriza, Caterine entendió por dónde debía direccionar su vida, una larga senda que la ha llevado a ganar todo en lo que ha competido. “Mi mamá y mi abuela formaron lo que soy como persona, a la medida de lo que pudieron. Primero me enseñaron el valor de las cosas, que cada cosa se lucha para conseguirse, que todo llega a un tiempo preciso, por eso las amo con mi vida”, reconoce Caterine, para quien su fortaleza es que “siempre que estoy parada en la línea para buscar mi salto, primero me encomiendo a Dios y luego pienso en mi familia, mi madre y mi abuela, para recibir las fuerzas necesarias para cumplir con mi objetivo deportivo, pensando en la frase de mi mamá: ‘los tiempos de Dios son perfectos’”. Nacida en Apartadó, Antioquia, el 12 de febrero de 1984, desde niña conoció las dificultades, aunque fue consentida por las dos madres que tuvo, su mamá y su abuela, quienes fueron superiores a los obstáculos, y a punta de trabajos domésticos le dieron lo básico para salir adelante, primero en la vida y luego en el deporte.

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