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Foto del escritorPepe Sanchez

Apuntes sobre Literatura y Filosofía en el Mes del Idioma

Actualizado: 22 abr 2020

*No existe premio nobel de filosofía, más sí de literatura. Por ello Bergson, Russell, Sartre, Camus fueron proclamados y obtuvieron ese galardón universal de las letras, de las bellas letras. No eran literatos, eran filósofos.


Toda obra literaria sintetiza la esencia de la vida” Georg Lukács, filósofo.

José Gabriel Coley Filósofo Uniatlántico El mundo académico hispano y angloparlante ha declarado el mes de abril como el mes del idioma en homenaje a dos titanes de las letras que fueron Miguel de Cervantes Saavedra y William Shakespeare, que murieron para ser inmortales, el 22 y el 23 de abril de 1616, respectivamente. También en ese mismo mes, el 17 pero de 2014, falleció otro gigante cultor de la escritura Gabriel García Márquez, considerado por la más alta crítica del planeta como el nuevo Cervantes, una razón más para reclamar este cuarto mes del año y de todos los años, como el mes del idioma, por lo menos en Occidente. A lo anterior habría que agregar que Gómez Suárez de la Vega, escritor de origen peruano, de ascendencia hispano-incaica -a quien apodaron El Inca Garcilaso de la Vega, dado que su padre, era sobrino del famoso poeta español de ese nombre. Pero si se quiere, este Mes del idioma, podría ser considerado universal. Para "reconocer la riqueza cultural e histórica de cada uno de los idiomas oficiales de la Organización de las Naciones Unidas, se designó el 20 de abril como el Día de la Lengua China, en homenaje a Cang Jie, figura mítica que se piensa que inventó los caracteres chinos hace unos 5.000 años", La palabra es lo más humano que existe, es lo que nos diferencia de los demás animales y nos hace un ser social. Incluso, sin las palabras no serían las cosas inteligibles. Otros van más allá; la palabra antecede la creación, es el mismo acto creador: “Y Dios dijo, hágase...” Por eso, y porque también “el verbo se hizo carne”, los creyentes adoran la palabra, y le dan poder y estatus divino. Los deicidas reemplazan a Dios y crean ellos su propio mundo, pero igual necesitan de la palabra. “El mundo era tan reciente que las cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo”. Así está expresado en la primera página de Cien años de Soledad. Luego y con palabras el narrador omnisciente comienza a crear (o a re-crear) Macondo, simbolizando en la ficción a Aracataca, la Costa, Colombia, el Caribe, Latinoamérica y el mundo. Por ello no es un escrito lugareño, ni de la lengua española, sino universal. Sí, las palabras nos distinguen de las bestias pero, más bien, la palabra escrita, meditada, elaborada. Es lo que llamamos literatura, una de las bellas artes. Literatura proviene del latín littera que significa letra. Es decir, qué españolizando estrictamente el término debería ser ‘letratura’, pero por eufonía a pasado como literatura. Es sabido que la letra constituye cada uno de los caracteres del alfabeto: el alfabeto español, qué es el que nos concierne, tiene 28 letras y con ellas, entremezcladas, construimos las palabras para designar las cosas y también las ideas. O sea, todo lo que sea susceptible de ser objeto epistemológico; para ser representado y expresado de manera oral o escrita, pues las palabras son las envolturas y el vehículo del pensamiento. La literatura antecede a la filosofía. Tomando como referencia histórica a Grecia, Homero, Hesíodo, Heródoto, y Ferésides de Siro, escribieron mucho antes de que Thales empezara a reflexionar a orillas del mar en Anatolia en el siglo VI A de la N. Fue a partir de los poemas, que involucraban la mitología como explicación fantástica del todo, que se desgajó por oposición la razón filosófica, afirman los tratadistas. Desde entonces la literatura y la filosofía han corrido juntas hasta nuestros días, apuntando ambas a tratar de descifrar el misterio de la existencia. Tanto la literatura como la filosofía utilizan la escritura. Con ella elaboran la creación literaria o filosófica construyendo complejos y ricos sistemas, ficticios o conceptuales, dos caminos que, aunque distintos, convergen en un mismo fin: aphensión, comprensión y expresión de la realidad, objetiva y subjetiva, hasta con-formar una concepción de mundo total. Cada una aporta lo suyo, porque no son una y la misma cosa. ¡Ni más faltaba! Empero, la literatura y la filosofía no son excluyentes sino confluyentes. Los fictos (ficción) complementa al logos (razón). La literatura no sólo es de formas. Ella tiene su contenido, y muchas veces tan profundo que muchos filósofos lo quisieran para enriquecer sus obras. No existe premio nobel de filosofía, más sí de literatura. Por ello Bergson, Russell, Sartre, Camus fueron proclamados y obtuvieron ese galardón universal de las letras, de las bellas letras. No eran literatos, eran filósofos. Barranquilla, abril 23 de 2020.

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