Una extraña manera de celebrar el Día de la Madre que ha hecho carrera en el país
Unos chateando, otros disfrutando del licor y la madre sola
Por Alberto Buelvas Castro Mayo de 2019
Llegan los hijos con los hijos y algunos con sus otros hijos y los yernos. Se han puesto la mejor pinta y se han untado con la mejor colonia que aún le deben a la vieja de Ebel, Avon o Janbal.
Los adolescentes con celulares gama alta de dudosa procedencia y los más pequeños con tabletas de marca hechiza. Todos exigen la contraseña del WiFi y se tiran en cualquier parte a hacer lo de siempre. Los adultos a hablar mierda y a chismosear de los ausentes. Aparecen cervezas grandes que las mujeres comparten en vasos y los hombres hacen la vaca con la plata de la cuota de Jamar y compran whisky y los niños cibernautas comiendo chucherías. La señora en la cocina con una o dos de sus hijas dando el último toque a la comida.
Hay calor, el ambiente es pesado, alistan una maraña de cables que conectan a unos parlantes y a un computador para poner música, encargan de DJ a uno de los internautas y vienen las criticas por musica de mierda que pone.
A la hora el hijo que es pipero da muestras de que está "mordío e'muñeco y empieza con sus pesadeces.
Sale de la cocina la primera picada hecha de salchicha manguera con papitas cocidas y salsa rosada. A medida que transcurre la tarde las hijas que llegaron emperifolladas se han quitado parte de la ropa porque la trajeron puesta les fastidiaba y ahora tienen puesta ropa de la madre, algunas en chancletas y otras hasta descalzas. Sus hijos sin camisas y los más chiquitos en calzoncillos.
Los hambres adultos están con más alcohol en su organismo, van por la tercera botella y hay muestras de agresividad en algunos.
Reparten en vasos de icopor la segunda tanda de sopas que no logra aplacar los efectos del alcohol. Todo está listo para que por cualquier motivo se arme una pelotera. Ojalá y no.
Alberto Buelvas Castro
Mayo de 2019
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