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Causas, motivos y orígenes de la delincuencia en Colombia



Aporte de Alberto Falla


Por: Alberto Falla Sánchez Exjuez de la República



Son innumerables y diversas las cusas o motivos el rigen para que una persona delinca o realice un acto criminal, como diferentes son los fenómenos sociales o económicos que pueden dar lugar a ello, desde los delincuentes natos que según LOMBROSO afirmaba de la existencia de un hombre cuyas malformaciones  biopsiquicas lo empujan inevitablemente al delito; los locos que delinquen en razón a una anomalía mental; los delincuentes habituales los que una vez cometido el primer delito, con alguna frecuencia en una edad muy temprana, y casi exclusivamente contra la propiedad, con el correr del tiempo hacen del delito una verdadera profesión, los delitos pasionales por lo general su génesis son los celos o la terminación de la relación amorosa por parte de uno de ellos, y el otro ante ese hecho atenta contra la vida o la integridad del otro, son individuos de temperamento sanguíneo nervioso, cuya excesiva carga emocional los lleva a reaccionar desproporcionado frente a los estímulos que lesionan su afectividad, los delincuentes ocasionales, al decir de ENRICO FERRI, son individuos que no han recibido de la naturaleza una inclinación activa al delito, pero que caen en él empujados por el aguijón de las tentaciones que les ofrece su estado personal o el medio físico o social en que viven, y que no vuelvan a incurrir en él si tales tentaciones  desaparecen, como sería el caso de un joven pobre que por tratar de competir con otro de una familia acomodada o adinerada en el modo de vestir hurta de un almacén gran cantidad de ropa masculina para aparentar una solvencia económica. Otro caso sería el de un buen padre de familia que ante una necesidad sentida o apremiante en su núcleo familiar delinque.

También puede existir una clasificación del origen del delito atendiendo determinados factores que se analizan en cada caso y circunstancias tendientes a ubicarlos en determinada categoría, clase, condición, modos vivendi, cultura económica, etc.

Pero lo que si es cierto es que existe un factor determinante de la delincuencia y es la formación en el hogar: y es así como en muchas familias el niño en su periodo de formación es testigo ático de los maltratos entre sus padres, es decir, violencia intrafamiliar; y en ocasiones el mismo es sujeto pasivo también de actos ultrajantes o atentatorios que deterioran o desnaturalizan su personalidad adicionado a ello el medio en que viven que los lleva ver como un estereotipo el ejemplo que los mayores le presentan al que se tiene que imitar.

En nuestro medio es común, ver grupos de jóvenes, con chancletas, jean roto, pelo largo, gafas oscuras y fumando un cigarrillo o un tabaco de marihuana. Son del estrato 6 o 1, es irrelevante. Lo que importa es que son el futuro de la sociedad.

Los diferentes estudios sobre criminalidad arrojan que los delincuentes nacen y crecen en los barrios populares. Jóvenes sin estudio, sin trabajo, sin oportunidades y con problemas intrafamiliares, con familias disfuncionales, padres o madres también incursos en situaciones delincuenciales, en un medio de “caldo de cultivo”, son los potenciales delincuentes de la sociedad.

Jóvenes que se acuestan sin comer y se levantan sin desayunar. Criados en un entorno ostensiblemente hostil y violento, donde la falta de educación y de costumbres van haciendo mella en su desarrollo y personalidad. Las palabras obscenas se pegan a su vocabulario como imán, que repiten inconscientemente.

Acostumbrados ya ese ambiente enrarecido por la agresividad de palabras y de hechos, les contestan a sus padres o a cualquier mayor que les llame la atención  

Esos factores como la violencia intrafamiliar, física o psicológica que sufren los niños por parte de los padres, la pertenencia del menor o adolescente a una familia desestructurada o desintegrada, que muchas veces, trae como consecuencia la falta de atención, falta de límites y de control de los padres con respecto a los hijos. la desigualdad económica entre las clases sociales, principalmente la clase en donde existe pobreza, siendo la más vulnerable, es la más propensa a delinquir, pues para conseguir alimentos y otros elementos primordiales para subsistir; los jóvenes buscan una forma de sobrevivir y su batalla es la economía inclinándose a delinquir, robos, secuestros, extorsión, venta de drogas, entre otros, sólo por falta de recursos.

Una de las consecuencias más notorias de la pobreza es el desempleo, que trae consigo situaciones de frustración, desesperación y desesperanza y que conducen a los jóvenes a cometer actos delictivos.

La pérdida de valores por la que actualmente atraviesa nuestra sociedad, de forma que los adolescentes carecen de ellos y se va perdiendo cada vez más el respeto hacia los demás, la generosidad, la tolerancia, la responsabilidad, la solidaridad, la lealtad la honradez, la justicia, el patriotismo, etc.

El Estado Colombiano se ha quedado corto en la política criminal; ya que no ha querido entender que el aumento de las penas, no es un remedio a la criminalidad reinante en la sociedad, ya que siempre y cuando exista desigualdad social, económica, cultural entre otras, habrá delincuentes, y con sobrada razón RAUL MORODORO escribe: Bienestar significa, algo concreto: nivelación u homogenización de los estratos o grupos sociales. Sin nivelación socioeconómica no hay libertad, no hay democracia, no hay paz social. La nivelación exige planificación. Hay bienestar concluye cuando afecta a la generalidad.

Según esto, una legalidad es legítima, un Estado es legítimo cuando tiene paz, libertad, bienestar y democracia.

En conclusión, el hombre delinque de acuerdo a factores y circunstancias que pueden ser endógenas o exógenas y el Estado es ausente en políticas de prevención suministrando una planificada y bien estructurada Educación, con oportunidades de trabajo y justicia social.  



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