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Foto del escritorPepe Sanchez

Muchas veces se da en vida real un episodio semejante al de la Luciérnaga y la Serpiente


¿Están de acuerdo en que la Dimayor cobre un dinero para que los colombianos puedan ver el fútbol en sus casas por la televisión? Este debate parece ser más importante que el otro


El escritor y gran músico brasileño, Plinio Pires, me contó cierta vez la Fábula de la Luciérnaga y la Serpiente. Resulta que el luminoso insecto andaba una madrugada de cacería por el bosque, cuando  el reptil empezó a perseguirlo, tratando de matarlo.

Volaba desesperada la Luciérnaga, tratando de escapar en las profundidades de la zona, pero la Serpiente, perseverante y paciente como todas las de su especie. Continuaba tras ella. Al cabo de una horma, la Luciérnaga no pudo más y sentó en el suelo a esperar a su verdugo.

-¿Qué te he hecho que quieres matarme? -le preguntó al ofidio.

¿Soy parte de tu cadena alimenticia? ¿Vas a devorarme?- siguió inquiriendo.

-Nada de eso- respondió la Serpiente. No haces parte de mi menú y no voy a devorarte.

-Y si eso es así...¿Por qué entonces quieres matarme?- preguntó el indefenso insecto.

-PORQUE NO SOPORTO VERTE BRILLAR- gritó el malévolo reptil

Hoy, al leer en las redes sociales -y hasta en un par de medios de comunicación- la burla que se hace de un joven a quien apodan Tajadita, recordé esta fábula que me contó Plinio.

Juan Ignacio Abuchaibe es casi un nilño. Su estatura y su peso no lo indican así, pero cuando se le trata, cuando se charla con él, sus interlocutores se convencen que el alma de este joven, está lejos de la maldad que caracteriza al adulto, de su afán diario por satisfacer todas sus necesidades corpóreas. La de este jovencito, no. la parte interna de Juan Ignacio -o de Tajadita, como le apodan- sólo quiere lo que quie quieren los infantes. Estar cerca de sus ídolos, de sus personajes admirados y de poder tener algún grato recuerdo de tales momentos.

Todos, pasamos por esa etapa, y pongo como testigo de esto al famoso y veterano humorista e intelectual barranquillero, Álvaro Ariza Rocha, quien tuvo que emprender una verdadera odisea en 1966, para poder saludar a Pelé, quien vino con el Santos a la ciudad.

Lo de Juan Ignacio es eso. Fotos con los grandes técnicos del fútbol, con los artistas de moda, los grandes cantantes, en fin...Con todo aquello se encuentra de moda, como decimos.

¿Qué daño hace con eso? ¿Interrumpir una transmisión de televisión, una filmación o un partido de fútbol? Bueno, los protagonistas se lo permiten y debe haber alguna buena razón. Este joven cae bien, a los famosos les agrada su forma de ser, lo aprecian y por eso le permiten que se tome esas libertades. Más vale caer en gracia que tratar de ser gracioso, dice la melodía de Willie Colón.

¿Por qué entonces esta cascada de críticas burlescas, de befa y escarnio hacia él? ¿Por qué intentar no sólo ridiculizarlo, sino destruirlo?

Bueno, los progenitores de Tajadita, hacen lo que sea con tal de complacer los gustos de su vástago. Lo subsidian para que viaje, hacen diligencias económicas con sus amigos y clientes para poder darle las condiciones económicas que le permitan satisfacer sus gustos de niño y a muchos de quienes hoy lo insultan, les encantaría tener la forma de acceder a todos los lugares hasta donde él puede llegar.

Muchos periodistas querrían tener la oportunidad de estar en el banco junto a Mourinho, en la gramilla donde va a jugar el Barcelona o en el Yankee Stadium, junto con Giovanni Urshela, pero no hay las condiciones. Por factores monetarios. por razones de vida, de tiempo o quien sabe de qué, pero no tienen chance Y esa frustración causa envidia, molestia. Incluso, hay algunos que pueden darse tales lujos y lo hacen, pero sienten que Juan Ignacio, con su simpatía y hombría de bien, les hace sombra.

Hay un tema sobre el tapete que debería ser debatido, pero al que por estar pendientes de lo de este muchacho, nadie toca. Esa decisión de la Federación Colombiana de cobrar derechos por llevar por televisión a los hogares los partidos de fútbol ¿Es lógica, sana y beneficiosa para el común de las gentes?

Esos presuntos 30.000 pesos mensuales que se cobraría por el fútbol ¿No incide de manera dura e insana en el ya depauperada y entristecida canasta familiar de los usuarios, sobre todo los más menesterosos? Bueno, creo que este debate sí debería darse, y no seguir preocupados por lo que haga o deje de hacer Tajadita

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