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Foto del escritorPepe Sanchez

Bicentenario: El Fraude de Padilla, una muestra más de corrupción y de cómo manipular elecciones

Actualizado: 5 nov 2019

*Marroquín le robó las elecciones presidenciales a Joaquín Fernando Vélez mediante trampas en la Guajira



Joaquín Fernando Vélez, perdió la presidencia de la República a causa de una trampa gestada por el presidente de esa época, José Manuel Marroquín y fue elegido Rafael Reyes.

Alguien preguntaba si aquel horrendo episodio en el ordenó el fusilamiento de un inocente, le pudo haber costado al general cartagenero Joaquín F. Vélez, la presidencia de la Republica. Es posible que eso influyera pero la verdad fue que le robaron las elecciones

En los días 1 y 2 de febrero de 1904, se escribió una de las peores y más nauseabundas páginas de la historia política de Colombia: El escandaloso fraude en La Guajira, en el que el General Joaquín Fernando Vélez, perdió la presidencia de la República a causa de una trampa gestada por el presidente de esa época, José Manuel Marroquín y fue elegido Rafael Reyes.

Veamos lo que al respeto cuenta el historiador Fernando Araújo Vélez

-Algunos testimonios recogidos por Adelina Covo para su libro El chocorazo, el fraude de Reyes en 1904 (Editorial Ibáñez) daban fe de ello. “Del 7 al 11 de febrero, Ismael Noguera Conde se encontraba en Santa Marta cuando el general Juan Manuel Iguarán le mostró los ya muy famosos pliegos electorales. Cuando le correspondió declarar en el proceso, también afirmó, que si bien era cierto que los documentos estaban firmados por los electores, el espacio de los candidatos, por quienes se había votado, estaba en blanco.

Sorprendido, Noguera preguntó a Iguarán la razón de esto, lo que el general había justificado diciendo que se había puesto de acuerdo con los electores de Riohacha y habían decidido mandar los pliegos para Santa Marta, de manera que allá pusieran los nombres de los candidatos que se debían elegir, porque al no haber telégrafo en el pueblo, no habían podido recibir ninguna instrucción del gobierno de Bogotá sobre por quién debían votar”.

El sistema electoral de entonces, consistía en que los ciudadanos  delegaban mediante el voto, a algunos electores que era quienes al final, decidían el nombre del presidente. El General Joaquí F. Vélez, obtuvo la mayoría, pero después -como señala el texto escrito por Araújo- fueron alterados lods documentos y en lugar del nombre del militar cartagenero, fue escrito el de Rafael Reyes.  A base del reparto de lo que hoy denominan Mermelada, el presidente Marroquín colocó en el solio presidencial a su más importante allegado. Pero…..¿Por qué causa se gestó tal iniquidad en el seno del Gobierno?

 Vayamos a la historia. Joaquín F. Vélez, un hombre  puro como la nieve, pero, asesino como ella; incapaz de corromperse y de corromper; insolente ante el oro y desdeñoso ante el halago. Justo; sin ninguno de los vicios, ni de las debilidades de su época, fue el hombre, que en el Congreso Nacional, se alzó frente a Marroquín, y lo venció. Con el hacha de su palabra, tarda y fría, cortó el puño del peculado -según lo describió la terrible pluma de José María Vargas Vila- sería implacable. No dejaría pasar por alto las maniobras corruptas del gobierno de Marroquín, a quien culpaba de haberse vendido a Estados Unidos, a fin de facilitar la separación de Panamá.

Pero había más. Marroquín, además de temer la portentosa honestidad de Vélez y el juicio que le abriría desde la presidencia de la República, lo odiaba. El militar bolivarense, había expulsado  a Lorenzo, hijo del mandatario, de su cargo como embajador ante la Santa Sede. ¿Motivo? La corrupción; Lorenzo Marroquín -hijo del presidente- pedía dinero a las personas que querían obtener una entrevista con el Papa León XIII.

Así lo cuenta Fernando Araújo:

-Joaquín F. Vélez ae había enfrentado al presidente José Manual Marroquín en el Congreso y, contra todo y todos, había prometido que les abriría un juicio a los responsables de la pérdida del estado de Panamá.  La instrucción se dilató por órdenes y contraórdenes de encumbrados personajes. Marroquín temía que si Vélez era presidente le abriera un juicio por la pérdida de Panamá. Su hijo, Lorenzo, guardaba viejos rencores contra el general por un altercado que sostuvo con él cuando lo expulsó de la delegación colombiana ante la Santa Sede. Lorenzo Marroquín les había pedido dinero a unas señoras a cambio de una entrevista con el Papa León XIII. Vélez era el embajador en el Vaticano. Cuando se enteró del suceso, lo obligó a renunciar. En Cartagena, sus propios sobrinos, Carlos y Fernando Vélez Daníes, habían emprendido una campaña contra su candidatura, pues siendo gobernador de Bolívar había gravado sus negocios de ganado con altos impuestos. No permitirían que lo hiciera de nuevo- indica el historiador quien nos cuenta el epílogo de lesta historia de venalidad, trampas, fraudes y demás muestras de corrupción que han sido casiun distintivo de los gobiernos de Colombia:

En su libro sobre el fraude, Adelina Covo incluyó una nota a pie de página sobre la formación del departamento del Atlántico según el historiador Jaime Coplas, que aclaraba con nombres y lugares lo que posiblemente había ocurrido: “La falsificación del registro de la provincia de Padilla (actual departamento de La Guajira), se fraguó en el Hotel Colombia de Barranquilla, entre el general Marceliano Vargas, Diego A. de Castro, José Francisco Insignares Sierra y Juan Manuel Iguarán, un cacique, quien sirvió de instrumento a un acto, cuya original inspiración salió de los hermanos Vélez Daníes que buscaban terminar con el autocrático control político de Joaquín F. Vélez (su pariente), que se empeñaba en mantener sobre el ‘Bolívar grande’”. La cita de Colpas había surgido de una obra sobre la actividad comercial de Cartagena escrita por Jorge Restrepo y Manuel Rodríguez.

Al final, la historia fue escrita por los vencedores. Reyes fue presidente y el Consejo Electoral, basado en su libre interpretación de la ley, desechó las pruebas de quienes intentaron impugnar la validez de la elección. En uno de los tantos absurdos de aquellos sucesos, la ley exigía, como lo anotaba Covo, que la nulidad se demandara dentro de los diez días siguientes a la Asamblea, pero la Asamblea jamás se había reunido. Si había pruebas de ello, fueron fácilmente desechadas por jueces que eran nombrados por los beneficiados de la conspiración. La comisión que fue recibida con tiros al aire en Riohacha no pudo realizar la investigación que pretendía -señala Araújo al final de este poco digno episodio.

¡Magistral demostración de podredumbre, de artimañas rastreras y viles dieron en su momento el presidente Marroquín y su hijo Lorenzo…! Que Araújo no miente en su descripción de los hechos, lo avala el escritor Vargas Vila, quien también denuncia la putrefacción que rodeó a la separación de Panamá y al monstruoso Fraude de Padilla:

.Vendido Panamá, Marroquín, se volvió, para vengarse del hombre, cuya austeridad, lo había precipitado abiertamente en la Traición…Joaquín Fernando Vélez, acababa de ser electo Presidente de la República, por una mayoría abrumadora…Era la Justicia que llegaba y Marroquín, tembló…entonces, falsificó el Acta de Padilla, y, sometiéndose a las intimaciones de los Estados Unidos, hizo Presidente a Rafael Reyes, y, le entregó el Poder…

Si no somos el país más corrupto del mundo, hace falta poco, muy poco para llegar a lo más alto del podium

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