Muchos creen que en realidad es una leyenda, pero en lo particular, prefiero creer que fue cierto, tal y como lo contó el historiador Plutarco, que vivió entre los años 46 y 120 A.C. La famosa carrera de Maratón, tras la que cayó muerto Eucles o Tersipo, a quien otros llaman Filípides ó Fidípides.(Entre ellos, Luciano de Samosata).
La historia de la batalla es bastante conocida y viene descrita por Herodoto en Los Nueve Libros de la Historia. El 12 de agosto del año 490 Antes de Cristo, un número de griegos, fluctuante entre 9 y 10.000 hombres, enfrentó y derrotó a poderoso ejército persa integrado por más de 25.000 efectivos. De haber sido derrotados los aqueos, la historia del mundo habría sido otra. Los persas se apoderarían entonces de toda la Europa Existente, imposibilitando así la aparición del Imperio Romano y su posterior extensión hacia todo el mundo conocido hasta entonces. Los atenienses, cuyo jefe era el valiente y decidido Milcíades, decidieron no esperar la llegada de los invasores tras las murallas, sino que salieron a su encuentro. Afirma Heródoto, que “los griegos corrieron toda la distancia que les separaba de los persas profiriendo su grito de guerra: «¡Ελελευ! ¡Ελελευ!»”. Muchos dudan de esto pues comentan que las armaduras pesaban alrededor de 20 kilos e impedirían el movimiento de los soldados pero Herodoto soluciona el tema, afirmando que “fue la primera vez que los griegos corrieron hacia su enemigo, soprendiéndolo”. La famosa falange griega hizo estragos entre los persas. Estos Últimos, sin “escudos ni armaduras apropiadas”, eran incapaces de sostener la violenta carga de los hoplitas atenienses. Los griegos a quienes Milcíades había dividido en un par de flancos fuertes y un centro un tanmto más débil, cercaron a los persas, destrozaron su centro y poco a poco los fueron aniquilando nhasta conseguir ponerlos en franca huida.La victoria había sido total. Aquí es entonces donde entra a jugar la leyenda (O la Historia, según preferimos otros) Al parecer, los atenienses habían dado la orden a quienes quedaron en la ciudad, mataran a los niños y quemaran las instalaciones, con el fin de evitar que los persas se apoderaran de todo si triunfaban. Por ello, se comisionó a un solado -Plutarco dice que fue un heraldo., no un combatiente, para correr ghasta Atenas anunciando el triunfo, a fin de que no destruyeran l poblcaicón. Se dice que este Fidipides -Luciano de Samosata le da ese nombre- o Eucles o Tarsipo como señala Plutrarco, tenía que recorrer en tiempo record los 42 kilómetros que separan a la llanura de Maratón de Atenas, y comunicar el éxito de las tropas griegas. Herdoto no menciona el caso y sólo habla de un tal Filipdes, que habría cubierto el camino de ida y vuelta entre Esparta y Atenas en 48 horas, lo cual parece inverosímil; pero Plutarco y Luciano, sí magnifican la hazaña del corredor. Según ambos historiadores el mensajero llegó hasta la ciudad luego de su terrible desplazamiento de 42 kilómetros y tras las palabras “Nikel, nikel. nikel” -Victoria, victoria, victoria- cayó muerto frente a todos. Cuando el Barón Pierre de Coubertin logró darle nueva vida a los Juegos Olímpicos en 1908, el Maratón de 42 kilómteros, fue la prueba más simbólica de las justas.
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