*Extraña, la actitud de la Dimayor utilizando los estadios que son bienes propiedad del Estado y en muchas regiones de nuestro territorio, sin erogación alguna.
Por Joaquín Romero Calle
Director INFORMATIVO SUR
El muy querido amigo nuestro, y muy admirado y reputado intelectual y periodista, excompañero de jornadas radiales deportivas, José Daniel Sánchez Pérez -Pepe Sánchez- nos ha invitado, a que le hilvanemos algunas líneas, para colgarlas en su Portal de Noticias, Pepe Comenta, con respecto a la iniciativa comercial de la División Mayor del Fútbol Colombiano -Dimayor- de poner en operación, un canal especializado y exclusivo de televisión, para transmisiones de las programaciones campeoniles, de esta organización deportiva y mercantilista. Pepe, nos distingue con el tema, porque a él, le suena extraña, la actitud de la Dimayor, frente al consumo que la población hincha del fútbol, hace de la mercancía que expende dicha entidad, partidos de fútbol, utilizando los estadios que son bienes propiedad del Estado y en muchas regiones de nuestro territorio, sin erogación alguna. Y él sabe, que nosotros, tenemos criterio definido, en contra de ese aprovechamiento indebido, que se hace, de bienes inmuebles, propiedades del Estado, con la explotación comercial gratuita, de los mismos, con ocasión del desarrollo del giro social o misional de los empresarios del fútbol profesional. No es secreto, en Colombia ni en ninguna otra parte del mundo, que el deporte profesional, es un negocio, tejido con las fibras inmanentes del talento humano, diversificado éste, según las distintas disciplinas físicas que el deportista, aporta como materia prima y esencial y que el inversionista, monta y exhibe, con carácter de espectáculo público, en un recinto, igualmente público, llamado estadio. El estadio, es el sitio de mercado, en dónde los fanáticos, ávidos de las emociones que prodiga ese espectáculo, llegan a comprar en demanda masiva, la mercancía visual que la Dimayor, como empresaria del negocio del fútbol profesional, ofrece a aquellos. Visual, porque el cliente, adquiere el derecho a presenciar el partido, no compra ningún bien material que pueda cargar con él, hacia su lugar de residencia. Ese mercado, así concentrado, requiere infaltablemente, del escenario, llamado estadio, el cual, debe ser uno de los ingredientes propios del negocio, cuyo costo, a lo sumo que sí, forma parte de los factores tenidos en cuenta, para la valoración de la boleta, con la cual, se tiene derecho al espectáculo público. Cargo que se ahorra el empresario, cuando obtiene del Municipio dueño del estadio, licencia para hacer uso gratuito de él y añadidamente, sacarle otro provecho rentístico, el generado con la exhibición de publicidad comercial. La gratuidad del uso del estadio y el sobreaprovechamiento financiero, derivado de la venta de publicidad, le restan magnitud, al volumen de gastos que exige el montaje del espectáculo, o sea, de cada partido de fútbol. Resta, que nadie sabe, sí está consecuentemente establecida, para beneficiar al asistente al estadio, con un precio razonable, del derecho de ingreso al mismo. Es pertinente aclarar, que ante la realidad que aquí hemos narrado, de los dividendos extras, generados por los estadios, en el comercio del fútbol, sirven directamente, a los clubes que son agremiados en la Dimayor. Y a ésta, cuando el equipo participante, es la Selección Colombia. Ahora, entremos en la materia específica, de la televisión exclusiva y cobro de ella. Pero la cuartilla cibernética se llenó y habrá que recurrir a otra, en una nueva entrega.
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